“Muchas sustancias psicoactivas han sido asociadas históricamente a la creatividad. Se cuenta que los antiguos persas bebían vino a la hora de tomar decisiones. El proceso constaba de dos partes: por la noche se embriagaban y lanzaban las ideas; al día siguiente, ya serenos, seleccionaban aquellas que les parecían adecuadas”.
Mind Hacks hace referencia en uno de sus últimos posts a un artículo de The Psicologist (PDF) en el que se repasan las relaciones entre el vino y la mente.
Al igual que a Vaughan, a mí también me ha llamado mucho la atención este pasaje que he reproducido, no sólo por lo simpático del proceso, sino también porque veo ahí las raíces de costumbres empresariales e institucionales muy arraigadas en la sociedad contemporánea, como las cenas de empresa (o políticas) y técnicas consideradas vanguardistas como la ‘tormenta de ideas‘.
Lo malo de decidir al día siguiente es que también existe la resaca, y eso puede afectar igualmente al buen juicio. Lo que podría explicar la decisión de Jerjes de atacar Grecia o la de Darío de no rendirse ante la acometida imparable de Alejandro Magno. Y algunas otras decisiones un tanto más contemporáneas que aquí no tienen lugar 😉
2 comentarios
Seguro que Alejandro Magno también tomó la decisión de invadir Persia en medio de una sus habituales borracheras.
Creo que por ejemplo el sr. Bush toma esta filosofia de vida!!!Y le da resultados!!!