No todos duermen siete u ocho horas al día ni todos lo hacen de noche y de un tirón. Patologías como el insomnio aparte, muchos son los modelos de sueño que se han practicado y experimentado a lo largo de los siglos, de los cuales dos corrientes se han convertido en auténticos estándares de alternativa al sueño ‘natural’.
Hablamos de los sueños bifásicos y polifásicos, que muy brevemente podríamos resumir así:
- Bifásico: Consiste en dividir las horas de sueño en dos partes. Una larga, de unas cuatro horas y media; y una corta, a modo de siesta, de unos 90 minutos. De esta forma se completan unas 6 horas diarias de descanso. Si, por ejemplo, te acuestas a las 02.30 horas y te levantas a las 07.00, y luego te tomas la siesta entre las 15.00 y las 16.30 horas, estarás además despierto durante las horas de mayor actividad o productividad.
- Polifásico: Se trata de dividir las horas de sueño entre varias siestas al día. Hay diversos métodos, desde dormir media hora cada tres, completando cuatro horas de sueño diarias; a dormir media hora cada sesis, es decir durimiendo dos horas al día. Las hay incluso más radicales, con siestas de 20 minutos y con períodos más largos de vigilia. Ni que decir tiene que, a pesar de la fascinación que provoca este método, es fuertemente rechazado por la ciencia debido a los graves problemas de salud que puede provocar a medio y largo plazo (aunque bebés y ancianos lo experimentan de forma natural). Sin contar con lo complicado que resulta su puesta en práctica por parte de un estudiante o un trabajador ‘normal’.
Viene todo esto a cuento por el descubrimiento que he hecho vía Gizmodo–Yanko del Da Vinci Alarm Clock, un reloj-despertador creado por el diseñador Marc Owens precisamente para ayudar a los polifásicos a controlar sus períodos de sueño. El despertador está programado para avisar de la siesta cada 3 horas y media, y despertarte media hora después. Y así todo el día.
El aparato no muestra horas, sino las palabras ‘sleep’ (dormir) y ‘awake’ (despertar); y emite una alarma sonora en cada cambio de estado. Se trata de un período de 4 horas que te permitirá dormir tan solo 2 horas al día y ‘disfrutar’ de un día de 21 horas.
Owens ha puesto ‘Da Vinci’ a su prototipo porque la leyenda de que Da Vinci era un polifásico empedernido se encuentra bastante extendida, aunque es algo que aún no se ha podido comprobar.
Dada la frenética actividad que desarrollamos los bloggers cuando nos ponemos brutos, no es de extrañar que estas alternativas al sueño monofásico (el de toda la vida) hayan gozado de amplio seguimiento y consideración en la blogosfera. Recuerdo especialmente una entrada de Javi Moya al respecto, pero hay muchas más, experimentos en vivo incluidos.
Yo estoy tentado a probar el bifásico. ¿Y tú?
[poll id=”6″]
5 comentarios
Bueno, he votado el monofásico, pero te aseguro que son muchas las ocasiones en las que he experimentado en propia piel el bifásico. Y no en días sueltos, sino en períodos. El más cercano estos 21 días de atrás en que he tenido que madrugar para hacer el turno de mi compañero durante sus vacaciones. Y con la curiosidad de que ha habido veces en que el tiempo de siesta ha suerado al nocturno. Puedo asegurarte que mi rendimiento en mi trabajo no se ha visto mermado, pero sí en el de mi tiempo libre.
Repito, soy partidario del monofásico y una siesta de entre 15 y 20 minutos iniciada 12 horas después de la mitad del sueño nocturno.
Un abrazo, D. Manuel. Mira que nos incitas a contar unas intimidades,… XD.
No he podido evitar para apuntar un par de cosas. Ya te digo que yo tengo bastante experiencia con el tema bifásico, pero quiero dejar alguna cosa clara. Siempre, al igual que comenta Javi Moya ha sido algo natural, no programado,… porque a mí lo que cuesta en el sueño nocturno es acostarme, no levantarme. Segundo: en la parte de la siesta no me cuesta nada acostarme, es el cansancio el que me lo pide,… y el sillón es el lugar de destino; aquí, hasta que no me encuentro bien descansado… no continúo con mis cosas.
Saludos y perdón por repetir.
@Manuel Valdepeñas: sí, la siesta puede que sea natural, ¿pero cómo vas a dormir sólo cuatro horas y media de noche sin hacer uso del despertador?
Un saludo (y repita usted lo que quiera).
Que no se diga, por aquí también me doy un voltio, 🙂
Yo prefiero el bifásico. A ver… por escoger, el mejor, el monofásico de ocho horas y desayuno incluido con pan tostado, aceite y sal. Pero como eso es casi un imposible, llevo ya bastante tiempo con el sueño partido: me acuesto sobre la una, una y media y me levanto a las seis y media, si voy a correr, a las seis. Y después de comer, la siesta dura entre hora, hora y media. Si no es así, prefiero no tumbarme y aguantar dle tirón.
Trabajo con horario intensivo, por lo que es casi la única manera de llevarlo bien, amén de que si la jornada fuese partida, difícilmente podría dormir una siesta de hora y media, 😀
ahhh…. yo cuantas mas horas mejor…. lo que pasa es que luego el cuerpo se acostumbra, y estoy todo el dia pensando en a ver cuando llega la noche…
eso si, o mi que nadie me quite mis ocho horitas. Aunque eso implique acostarme a las 9 de la noche….
PD: recuerdo…. una vez llegue a levantarme a la una de la tarde. Comer, y siesta (pero siesta, siesta. de… mas de 6 h). de ahi, a cenar y otra vez a la cama…. no se si dormiria mucho, pero es que no tenia nada mejor que hacer.