En el entorno bitacoril o bitacorero se está produciendo una curiosa confusión en torno a la traducción al español del término anglosajón blogsphere. Si bien el sentido de tal expresión parece suficientemente claro y descriptivo en el idioma original: blog + sphere, es decir esfera de bitácoras, anillo, círculo, comunidad…; no son pocos los periodistas e incluso bloggers hispanos que se empeñan en atribuirle en su traslación un cierto aire etéreo, cuasi sideral y estratosférico, optando por blogósfera (blog + atmosphere), lo cual tampoco me parece mal, cada cual es libre de recrear(se) o de equivocar(se) como mejor le parezca, pero supone un error importante que conviene puntualizar.
Sin ánimos de ser más pedante de lo que la exposición requiere, se hace preciso considerar que si los anglosajones hubieran o hubiesen querido elevar a los webloggers a una categoría supraterrenal y gaseosa, cual ángeles literarios del tercer milenio, habrían ensamblado la composición de forma más acorde a su gramática, tal que blogmosphere, que vendría o vendriese a ser lo suyo. Pero no, tal y como se referencia en las búsquedas de Google, a los boys (and girls, of course) les dio por mantenernos a todos los bitacoreros o bitacoristas, hispanos, anglosajones o no, vinculados a la Tierra-tierra, como bien se puede demostrar en este sencillo experimento de búsqueda y tente tieso en Google: blog+sphere versus blog+atmosphere.
Hoy mismo he asistido a través de las noticias de bitacoras.com a la poco menos que institucionalización peruana del término blogósfera (ya saben, troposfera, estratosfera, mesosfera, termosfera, exosfera y blogósfera, con perdón), en un artículo de La República, en el cual, sin cortarse un pelo pero con una pose académica envidiable, el autor se inventa (o reproduce de oído) que blogósfera es un “neologismo que resulta de unir blog y atmósfera”. Toma ya. Pero no queda ahí la cosa, porque acto seguido es el blogger Juan Arellano quien en su post Blogósfera adolescente reitera la perversión tan encantado.
Sinceramente, a un servidor le da igual que finalmente nos decantemos por una u otra opción, o incluso que convivan ambas, pero sí quiero dejar aclarado el origen y la interpretación correctas antes de que vayamos todos a por escafandras, que para escribir un post tampoco ha sido necesario hasta la fecha traje espacial o bomba de oxígeno alguna. Blogosfera me parece genial, pues describe plenamente el círculo de frikis en que nos hemos convertido. Pero, ante la duda y antes de comenzar a flipar ignorando la cuestión translate y etimológica de las palabras, si de lo que se trata es de imponer el latin power en el lenguaje al margen de los dictados yanquis o de la Pérfida Albión, se recomienda encarecidamente el uso de blogocosa, que en su inconcreción resulta como poco simpática, grácil and nice. Su correlación con el english sería blogthing, pero tampoco lo recomendamos, porque se trata de un servicio exclusivo para los amantes de WordPress.