Los músicos no tienen nada que temer. Los fotógrafos, pintores, escritores, los realizadores cinematográficos… Es la hora, el siglo y probablemente el milenio del creador. He dicho bien, ‘creador’, y no intermediario. Lo siento por la industria y las sociedades de gestión.
La realidad, la tozuda realidad demuestra cada día que si hay alguien que tiene que ganar con toda esta revolución tecnológica a la que estamos asistiendo son los creadores. Sólo se precisa eso que a ellos se les supone, pero no que no siempre parecen dispuestos a ofrecer: valentía, capacidad de riesgo, afán de comunicación, ansias de libertad, honestidad, imaginación, respeto y cariño por sus seguidores…
No nos confundamos: hay artistas y hay mercaderes del arte. Cuando un artista ejerce de mercader deja de ser lo primero para convertirse en lo segundo. O aún peor, en un esperpéntico cruce entre uno y otro. No es difícil distinguirlos: nadan en la abundancia, defienden a capa y espada los preceptos de aquellos que explotan a sus fans, no dudan en insultar a sus seguidores y hace tiempo que perdieron cualquier atisbo de sensibilidad, salvo a la hora de enfocar estratégicamente sus creaciones. La sensibilidad vende mucho, pero ser sensible puede volverte pobre e incluso honesto.
Este post no va dirigido a ellos. Sino a los millones de creadores que aún creen en el arte como canal de expresión y no como mera estrategia de mercado. A todos aquellos que consideran que para vivir del arte hay que vivir por y para el arte, con todo lo que eso conlleva. A todos los que entienden que para vivir del consumidor (así es como los denomina la SGAE) hay que vivir por y para el consumidor, con todo lo que eso conlleva también.
Esto es una revolución, y en absoluto figurada. Lo es con todas las de la ley, incluso en el concepto marxista de la palabra. Las nuevas tecnologías han puesto a disposición del ‘obrero’ creador lo que hasta ahora estaba reservado al capitalista intermediario: es decir los medios de producción y los canales de promoción, piezas angulares de la estructura de mercado del arte.
En el caso de la música, en el que vamos a centrarnos de aquí en adelante y ustedes extrapólenlo a cualquier otra disciplina, cualquier creador tiene la posibilidad de montarse un estudio en casa, en su propio ordenador, desde la completa gratuidad a sistemas muy caros, con todo un abanico de gamas medias de muy alta calidad entre ambos polos. Suficiente para componer, grabar, editar, masterizar y publicar. Pero, además, y gracias a Internet, esa obra se ‘distribuye’ de forma inmediata entre miles de millones de clientes potenciales en todo el mundo. ¿Quién necesita un manager, un productor, un distribuidor, el inasumible coste de una hora de estudio o la espeluznante tutela de una discográfica? ¿Quién necesita, además, el abusivo, altanero y despectivo apoyo de una sociedad de gestión de derechos de autor cuando puedes lanzar tu obra con la licencia que mejor se adapte a tus intereses y rentabilizarla como estimes oportuno? Al fin y al cabo, sabes que con la industria y estas sociedades, tus ganancias reales apenas serán del 10% o 12%, en el mejor de los casos, de lo que realmente se recauda por ti. Entonces, ¿qué tienes que perder?
Nada. Sólo puedes ganar. Y, además, por partida doble:
a) convirtiéndote en auténtico protagonista de tu proyecto: te relacionas directamente con tus seguidores, y estableces con ellos un sistema justo de retribución y la licencia de uso que prefieras. En el peor de los casos, no puede ser inferior al que te ofrecen industria y sociedades de gestión. Tú ganas y los usuarios ganan.
b) beneficiándote ampliamente del movimiento de cultura libre, apoyando la libre circulación de tu obra dentro y fuera de la Red como el mejor soporte promocional que jamás se haya inventado. No temas, el público es mucho más sensible, honrado e inteligente de lo que algunos te cuentan: si les gusta lo que haces, van a invertir en ti. Si no, convéncete, la industria tampoco lo hará.
Por eso, cuando veo a los fundamentalistas del copyright cargar contra las nuevas tecnologías, la cultura libre o el intercambio P2P con la excusa de que se pretende acabar con el músico no puedo reprimir una sonrisa de indignación. Porque se trata justamente de lo contrario. Porque es a ellos a los que se les acaba el negocio, el inmenso lucrativo negocio del que hasta ahora se han beneficiado a costa precisamente del público… y del creador.
Público y creador, emisor-receptor, soñador y soñadores… los auténticos protagonistas de toda propuesta artística y cultural, comunicativa, a los que precisamente la industria y las sociedades de gestión pretenden enfrentar para salvaguardar sus intereses. Divide y vencerás. Pregúntate siempre primero, ¿quién gana con todo esto?
Por eso, cuando veo también a esos presuntos creadores, presuntos soñadores, presuntos músicos sensibles y solidarios hacer suyos los preceptos del fundamentalismo y arremeter contra quienes les han propocionado riqueza, fama y gloria no puedo reprimir el rubor que provoca la vergüenza ajena.
Es la hora del creador, pero también puede serlo de la industria a poco que se rinda ante la evidencia. De una nueva industria, claro está, una industria sometida a los criterios de los creadores y del público, una industria adaptada a las opciones que imponen las nuevas tecnologías y tendecias sociales, un nuevo modelo de mercado que canalice esa relación directa entre público y autor y que obtenga, a través de fórmulas imaginativas y justas, el rédito que busca cualquier empresa. Y no hablamos de un simple ejercicio de intermediación, modelo que está condenado ya al fracaso, sino de la capacidad para ofrecer algún tipo de valor añadido a la obra que ya de por sí puede explotar personalmente el creador o ideando cauces y herramientas para que esa transacción directa sea cada vez más cómoda, vibrante y efectiva. Además de a la producción de shows y conciertos. Ahí es donde podrá sostenerse de algún modo el aparato ‘industrial’. Es decir, tampoco creo en el futuro a largo plazo de una simple ‘music-store’ online.
Este post, en realidad, no iba a ser más que una mera referencia al éxito del grupo koopa, que ha roto las listas de éxitos y los esquemas de las discográficas ofreciendo su obra en la Red. Pero como hace tiempo tenía pendiente una reflexión en profundidad sobre el tema, no he querido dejar pasar la ocasión.
Es la hora del creador. Así que déjate de majaderías y lánzate de lleno al futuro. Tu talento, tu dignidad, tu público y tu bolsillo te lo agradecerán.
54 comentarios
Es la hora del creador…
Referencia y comentarios sobre este contenido en NoticiasRSS.com…
Tu artículo me parece que da en el clavo.
Soy cantante, me registré hace años en la SGAE creyendo ingenuamente que defenderían mis intereses como creador, pero te das cuenta en seguida que lo que único importa es que seas un producto, como diría Risto, la creatividad ni se nombra.
Me siento totalmente identificadohe, he recibido las injusticias y olvidos de la industria discográfica, con los directivos que imponen las normas y te relegan al más absoluto de los desprecios porque tienen un montón de regeton que vender hasta que se acabe la moda.
Creo que debe ser el público el que debe decidir lo que vale la pena y lo que no, pero no un tío que tiene su BMW aparcado a la puerta y que lo único que le importa es vender, así funciona este negocio y creo que las discográficas pagarán por tanta arrogancia, gracias a la libertad de internet.
Quien no se adapta a los cambios, acaba desapareciendo.
Un saludo y gran artículo
Es la hora del creador…
Los músicos no tienen nada que temer. Los fotógrafos, pintores, escritores, los realizadores cinematográficos? Es la hora, el siglo y probablemente el milenio del creador. He dicho bien, ?creador?, y no intermediario. Lo siento por la industria y las s…
Felicitaciones Manuel, excelente post. Suscribo tus palabras completamente y voy a referirlas a continuación en mi blog pues casi llegan a la categoría de “manifiesto” y son plenamente universales. Por cierto, las últimas notas (Apple, Farré …) han estado estupendas.
Estoy pasando tiempos difíciles, pero siempre sigo de cerca a Mangas Verdes.
Saludos
Eduardo, yo también he pasado por ahí. De ahí, quizá, mi mayor indignación.
Emilio, espero que no sea nada lo que me cuentas y pase cuanto antes. Muchas gracias por todo.
Un saludo.
Es la hora del Creador, copiar es malo?…
Muy buena reflexion del Sr. Meida, sobre las nuevas culturas de creacion y compartición de cultura, como las compañias intermediarias hacen la decadencia, como no es necesario perseguir a los consumidores, como deberian vivir por y para el publico y ya…
Un post muy clarificador. 😯 Y, como suele decirse se puede decir (valga la redundacia) más alto pero no más claro. Un saludo!
Mi más sincera felicitación por este texto. Como diría Pedro Farré “Su comantario sería erróneo si no fuera porque es totalmente acertado”.
Un saludo
Es la hora del creador, (realmente es posible?)…
Hoy salió un documento bastante inspirador, escrito por Manuel Meida, se trata de algunas ideas para quienes viven para el arte, llámese músicos, escritores, cineastas, pero mas que nada para los que están en el medio musica…
[…] Y PROMUSICAE sin enterarse Enero 18th, 2007 Y siguen erre que erre, pretenden negar la realidad y eso les destruirá, acabo de leer un excelente artÃÂculo de mmeidaàày acto seguido dos contrapuestos, Las discográficas doblan las ventas de música digital “La compra de singles, auténtico motor de las descargas digitales, creció un 89%, con 795 millones de descargas legales. De estas, 582 millones se produjeron en EEUU (73%) y 111 millones, en Europa (14%). Su crecimiento está estrechamente vinculado a la mayor oferta de tÃÂtulos disponibles: cuatro millones en el 2006, el doble que el año anterior. La música clásica no es ajena al fenómeno. El género ha descubierto la transacción digital y en EEUU ha sido el que más ha crecido, un 23%.” […]
Excelente artículo, espero que la gente lo empiece a entender.
Amén, Manuel!! vine a dar tu artículo a través de una referencia de mi padre, Emilio, en su blog Extempfóraneo donde le hace mención, definiéndolo como “una declaración de principios”. Efectivamente. Me considero un artista en esencia y por vocación, aunque aún no de profesión (música y teatro). Y comparto contigo el concepto de artista que lo describe como aquel que plasma en sus creaciones los impulsos existenciales, abstractos, a veces instintivos que expresamos todos de maneras diferentes, sin perturbar ese proceso esencial de materialización, del alma al papel, al pentagrama, a la pantalla, a la piedra, analizando la efectividad del resultado de la obra. Quien encuentra la fórmula ideal para un producto con imagen perfecta, aunque carente de tercera dimensión, de profundidad, de personalidad, es sólo un maestro de las artes del mercado. Y con los módelos predeterminados que nos venden ahora ya ni eso…
Ahora que las facilidades de producción y distribución, además de los lazos de intercomunicación entre creadores y público están disponibles, que traigan a nuestros sentidos una mayor pureza artística, un mayor respeto por lo propio y por lo ajeno, ojalá revistiendo de calidad y autenticidad las diferentes expresiones del arte, decadentes en estos comienzos de siglo, y proyectando algo de luz sobre todos aquellos genuinos artistas anónimos que tienen algo que mostrar pero no tienen a quién.
Gracias por tu aguda reflexión, Manuel!
Muchas gracias, Carlos, y muy interesante tu reflexión al respecto. De tal palo… 😉
Un saludo.
Muy bueno. Sobre todo porque puede convencer a aquellos autores no convencidos del tema de la cultura libre.
Espero, al menos, contribuir en algo a ello, pululante.
Un saludo.
[…] webs como dateaconocer.com suponen todo un espaldarazo para aquellos creadores que, cada vez más, deciden sumarse a los nuevos modelos de cultura libre. Date a Conocer es un nueva servicio de promoción y transacción musical, similar a otros más […]
[…] poco en Mangas Verdes hablaban de por qué estamos en la era del creador, de cómo se estaba malgastando el talento de mucha gente, a quienes no se les escucha porque no […]
[…] webs como dateaconocer.com suponen todo un espaldarazo para aquellos creadores que, cada vez más, deciden sumarse a los nuevos modelos de cultura libre. Date a Conocer es un nueva servicio de promoción y transacción musical, similar a otros más […]
[…] Es la hora del creador, y de todo aquel que sepa ver las oportunidades de negocio que ofrecen los avances tecnológicos y los nuevos conceptos en lo que a derechos de autor y modelo de mercado se refiere. A todo aquel que sea capaz de dar con alguna fórmula mágica como ésta que presentamos aquí. […]
[…] el diálogo. Pues no, para una vez que pierde, no demuestran muy buen perder. Aunque, al final, ganemos todos… Puño de hierro y mandíbula de cristal. Bah. Dèja […]
[…] a aquellos que pretenden vivir de sus creaciones y, aunque en este blog ya hemos aportado algunas respuestas a esta cuestión, es la Asociación de Música en Internet (AMI) la que ha decidido salir al paso de tanta demagogia […]
[…] partes que me han gustado especialmente, el artículo es un poco más largo y lo podéis encontrar aquí. ¿Quién necesita un manager, un productor, un distribuidor, el inasumible coste de una hora de […]
[…] demandas del siglo XXI no sólo no atenta contra el talento o el bolsillo de los músicos, sino que incrementa ampliamente sus expectativas. Santander, que conoce bien de cerca el mercado musical y los abusos de las discográficas, […]
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[…] y sin ánimo de lucro dentro y fuera de la Red. En cualquier caso, una salida de tono que denota más ignorancia que otra cosa. Sobre todo si tenemos en cuenta que, si de copiar se trata, ellos no deberían elevar demasiado el […]
[…] también, pero siempre dentro de un trato justo con el consumidor, aportando valor añadido y con el creador y el usuario como principales protagonistas: “los lectores que tienen que resignarse a pagar el precio que marca el editor que ha […]
[…] industria musical”. Él, como autor, debería estar contento, porque de todos es sabido que la industria acaba con la música y los creadores a su vez. Pero… ah, es que éste es de los que son ya más industria que artista. Vale, ahora […]
[…] M. Almeida nos recuerda que, como muchos ya sabemos, la industria musical acaba con la música y los creadores al mismo tiempo. ¿Entonces por qué dice esas memeces Elton John? Evidentemente porque Elton ya es […]
[…] que muchas personas escriban, compongan, canten, dibujen… ya lo decia Manuel M. Almeida es la Hora del creador, asi que cuando leo este tipo de comentarios de estos pseudo-artistas no queda más que reir, reir […]
[…] El usuario está siempre dispuesto a pagar y a apoyar aquello que le parezca justo, útil o de interés. Pero no soporta ya ni la estafa ni la inquisición. Y, aunque en el mundo real aún queda mucho camino por recorrer, en la Red poner a disposición de los demás tus contenidos, obras e ideas supone la apuesta más sensata en la búsqueda del éxito: económico, moral e intelectual. No es garantía de nada, desde luego, el talento y la destreza son parámetros que juegan también un papel fundamental. Pero tal y como viene repitiendo Enrique Dans hasta la saciedad: allí donde el usuario tenga la oportunidad de decidir, terminará haciédolo sin miramientos. Sea esta decisión la de pagar, financiar, colaborar, apoyar, difundir o disfrutar libremente de lo que tiene a su disposición. […]
[…] El usuario está siempre dispuesto a pagar y a apoyar aquello que le parezca justo, útil o de interés. Pero no soporta ya ni la estafa ni la inquisición. Y, aunque en el mundo real aún queda mucho camino por recorrer, en la Red poner a disposición de los demás tus contenidos, obras e ideas supone la apuesta más sensata en la búsqueda del éxito: económico, moral e intelectual. No es garantía de nada, desde luego, el talento y la destreza son parámetros que juegan también un papel fundamental. Pero tal y como viene repitiendo Enrique Dans hasta la saciedad: allí donde el usuario tenga la oportunidad de decidir, terminará haciéndolo sin miramientos. Sea esta decisión la de pagar, financiar, colaborar, apoyar, difundir o disfrutar libremente de lo que tiene a su disposición. […]
[…] – Compartir es bueno, al menos para los usuarios y los artistas. […]
[…] y los “ladrones” que lo pueblan. Es una gran oportunidad para que descubra todo lo bueno que para ella y la música en general tiene la Red. Porque sería una lástima que, al igual que […]
[…] la de compartir cultura que, además de ser completamente legal, colabora decididamente en la difusión y sostenimiento de los propios artistas. Ante la confusión reinante al respecto, también en los medios de comunicación, me ha parecido […]
[…] Del de todos o, al menos, de la inmensa mayoría. Compartir no es malo… y mucho menos para los creadores. ¿qué es esto? Se lee en 1’02 minutos | Ver los enlaces a este post | […]
[…] creador a ver compensado su trabajo, pues, al margen de que en gran medida la difusión de la obra colabora en su sustento, la evolución del mercado ofrece ya mecanismos alternativos que no colisionan con las libertades […]
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Hola a todos,
Bueno muchas gracias por el artículo porque he disfrutado mucho al leerlo! Yo descubrí no hace mucho el mundo de la música libre al que llegué por casualidad por mi trabajo. Ahora me paso el día escuchando música no comercial bajo licencia Creative Commons o similar y la verdad que estoy impresionada por la variedad y la riqueza que existe fuera de la corriente musical dominante… Estoy en contacto con sellos independientes que luchan para que sus artistas salgan de la sombra y tengo la oprtunidad de aprender cada día más sobre cómo funciona este mundo y todo lo que está en juego. En fin, que quiero dar ánimos a todos los artistas y animaros a que aprovechéis las nuevas tecnologías y las numerosas web que están a vuestra disposición y que son herramientas de promoción, entre las cuales se encuentra jamendo.com, que es donde trabajo.
Un abrazo
Lucile (alias jamanda en jamendo)
[…] común dictan que no. Y cuando digo minoría no me refiero a los músicos y creadores, que también se benefician del movimiento y difusión de sus obras, sino de aquellos intermediarios que intentan preservar su […]
[…] es un excelente artículo del equipo de Literatura Libre. 100% recomendable, tanto para creadores como para consumidores (si es que cabe esa distinción), en especial para aquellos que siguen […]
[…] están en crisis la ambición y torpeza. Si se aplica el mismo sentido común de Coelho es la hora del creador, sin lugar a […]
[…] han dado cómo se merecían: carta y tentetieso. O cierras o te caneamos, por pirata y por ladrón. Qué sería de la cultura y el progreso sin la Federación Antipiratería. Supongo que a estas alturas ya estarás más que informado del […]
[…] la criminalización de una actividad que no sólo se realiza sin ánimo de lucro, sino que reporta importantes beneficios en concepto de difusión y promoción a los […]
Sufro de duda cartesiana, dudo más que nada, de las cosas que me escuchar, en este caso tu utopía de artistas, como si con Internete y la web2, elp2p, space,etc, ha llegado la hora de los artistas, a partir de ahora, y como por arte de magia han desaparecido los mediadores o los malos por lo menos.
Perdona mi pesimismo, por otra parte no creo que los artistas sean algo así como una raza superior y que por lo tanto la sociedad los tiene que escuchar y mantener, tampoco toda esa pose de incomprendidos.
Que a muchos artistas les vaya mal, no es porque sean mediocres, los hay, ni que las discográficas sean la reencarnación del mal y la codicia, simplemente obedece a un problema de oferta y demanda, la oferta de arte es extremadamente amplia y la capacidad que tenemos de consumo es minimalista, simplemente si quisiera leer las mejores novelas escritas en idioma castellano demoraría unos mil años, si a eso sumamos que todos los meses aparece una buena novela, ya tienen la razón que se la tengan que rebuscar como funcionarios, profesor de secundario, contable o informático.
Ahora mismo, en el blog de Raul Lilloy: Carta de amigos de cahuinadencul
Hola mmeida
Tu dices “Es la hora, el siglo y probablemente el milenio del creador. “, suena mesiánico, ¿no?.
Tendrías que dar datos estadísticos que sustenten tanto entusiasmo, cuántos artistas están viviendo del arte gracias a internet, por ejemplo.
Amo internet, vivo de internet desde hace diez años, pero vivo de hacer páginas web no de hacer literatura por internet, yo no soy ni la excepción, ni la regla, por ese motivo me gustaría conocer datos, que puede que existan, este no es un desafío matón, para refutar tu concepto, solo eso que me digas si conoces ejemplos de lo que afirmas.
Un saludo.
Ahora mismo, en el blog de Raul Lilloy: Carta de amigos de cahuinadencul
Pero si la que afirmas que estamos (probablemente) en el milenio del creador eres tú, de todos modos la tenemos fácil, llevamos nueve años de milenio.
Saludos.
Ahora mismo, en el blog de Raul Lilloy: Carta de amigos de cahuinadencul