Un referente de primera línea en el arte de los gestos, el mimo, expresión dramática que contribuyó a popularizar y desarrollar a través de sus actuaciones en teatros y cine, con el personaje Bip como hilo conductor. Enamorado del cine mudo, y en especial de Charles Chaplin, Buster Keaton y Harry Langdon, Marcel Marceau tuvo que superar una infancia marcada por el horror del nazismo dada su condición de judío antes de revolucionar la escena internacional.
Me quedo con una de sus frases:
“La palabra no es necesaria para expresar lo que se siente en el corazón”.
Falleció ayer a los 87 años de edad sin que haya trascendido la causa de su muerte. Descanse en paz.