Blogger, date por muerto

23 de octubre de 2008 a las 01:28h
Éste es el tipo de cosas que disparan mi ansiedad.

Éste es el tipo de cosas que no me dejan conciliar el sueño.

Hacía tiempo que no pasaba tanto miedo. En serio, auténtico pavor. Creo que desde los famosos ‘Cuentos de la Cripta‘ o puede que desde el penúltimo programa de Rappel. La blogosfera se muere, si no se ha muerto ya. Lo que me convierte, junto a otros tantos incautos, en carne de ultratumba, si no zombie de la Red, en cibermuerto viviente.

El tío Creepy ha cobrado forma en los huesos de un tal Paul Boutin para anunciar el apocalipsis. Claro, que antes ya lo habían hecho otros, y aquí seguimos, como quien dice, posteando (con perdón):

  • 2006: ‘Adiós, Blogosfera, adios‘
  • 2007: ‘El boom de la blogosfera se acabará en 2007‘

Así que esta profecía de 2008, sinceramente, no nos coge de nuevas. Aunque eso no evita que siga sobrecogido. No sólo por no haber tenido tiempo de poner a salvo mi alma blogosférica, con lo cual quedaré por siempre condenado, sino por la impresión de que cobra fuerza el fenómeno paranoico-obsesivo de ‘matar a los blogs’. Nadie habla de la muerte del correo electrónico ni del chat ni de los foros o wikis, sólo se barrunta cansinamente, una y otra vez, el fin de los blogosfera.

Y me pregunto yo, si aún no ha muerto la cultura del papel, ésa que todo el mundo entiende que tiene los días contados, ¿cómo podemos estar hablando del fin de un fenómeno que apenas tiene 12 de años de vida? Bueno, 12 años de vida, cientos de millones de usuarios y una notable comunidad que crece día a día.

¿No será que alguien tiene prisa por enterrarnos? ¿No es curioso que sea el medio más libre y exitoso de la Red el que recibe regularmente este tipo de ataques? ¿Y no es demasiada casualidad que buena parte de esas premoniciones surjan o se aireen en medios de origen tradicional, justo los que ya andan ensayando la extremaunción?

No lo sé. Dicen que el verdugo de los blogs serán el microblogging y las redes sociales, y yo digo que más que verdugos son amantes inseparables, pues no poca parte de la actividad en esas herramientas del microblogging y las redes sociales está protagonizada por bloggers o se centran, mira tú por dónde, en la promoción de blogs.

No lo sé. Yo a lo mejor me atrevería a vaticinar el fin de las redes sociales tal y como las conocemos ahora y un hastío inmenso del microblogging. Pero yo no soy el tío Crippy (ni mucho menos Rappel) y no me gusta andar por ahí lanzando tonterías a los cuatro vientos.

Los blogs siguen aquí y mucho me temo que seguirán por mucho tiempo. Y claro que morirán. De hecho, ya hay millones que lo han hecho. Pero, al igual que la muerte de millones de seres humanos a través de los siglos no ha supuesto el fin de la humanidad. Mucho me temo que la muerte de millones de blogs tampoco lo será de la blogosfera.

¿Por qué? Porque sigue siendo un medio libre, útil, seguido y respaldado. Y mientras haya un puñado de bloggers, habrá blogosfera, porque la blogosfera somos tanto los que escribimos, como los que nos leen, enlazan, critican y referencian.

Son otros los que tienen que temer por su futuro, y no precisamente movidos por quiméricas profecías, sino por datos y tendencias derivadas de una realidad que sí que puede provocar escalofríos. Igual les vendría mejor atender a esa crisis y esas urgencias, ponerse las pilas para evitar su extremaunción, y dejar la especulación del futuro a los profetas.

Los blogs están a punto de morir (si no han muerto ya), claro, y por eso los medios no paran de incorporarlos a sus web, los gobiernos se empeñan en controlarlos, el mercado alrededor del blogging crece de forma exponencial, las empresas los utilizan cada vez de forma más sistemática, los políticos se apuntan como fieras y el índice de lectura no para de crecer. Puede que estén muertos, sí, pero ¡qué muerte más fructífera!

‘La muerte de los blogs’ es una idea majadera, falsa, interesada y de uso cíclico y sensacionalista. Los blogs no son una moda, son una herramienta de expresión y comunicación. Y ésas no mueren tan fácilmente. Y, si no, que se lo pregunten a la prensa.

Este cementerio no es serio. Hala, me doy por muerto y me vuelvo al ataúd ;)

Vía: MySfera

Sobre el autor
Manuel M. Almeida
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