No me gusta dejar pasar ningún conflicto en el que esté de por medio el derecho a la libertad de expresión. Especialmente si en ella se enfrenta todo un aparato de poder contra un simple ciudadano. Más aún si es periodista y blogger. Y, sobre todo, si me toca algo tan cercano como la amistad. El PP ha encontrado, al fin, a su gran enemigo. En defensa de Víctor R. Gago.