La batalla de Twitter

11 de agosto de 2011 a las 08:52h

la batalla de twitter

Twitter ha puesto la directa. Una de las batallas más interesantes de las muchas que se están produciendo en la Web 2.0 ha dado comienzo y estoy convencido de que su resolución sentará un antecedente en el ámbito de los servicios y herramientas comerciales en la Red.

La situación económica para la popular herramienta de microblogging nunca ha sido cómoda y ha estado presente en múltiples análisis desde prácticamente su creación, pero de un tiempo a esta parte se ha vuelto agobiante: enorme crecimiento y notable capacidad para atraer inversiones, pero carencia de un modelo de negocio que rentabilice esos logros. Una deriva insostenible para cualquier negocio.

Estamos, pues, ya inmersos en esa crónica de una batalla anunciada por Twitter en repetidas ocasiones: sencillamente no van a permitir que los desarrolladores externos compitan con ellos por su propio mercado, en su convicción de que esta estrategia contribuirá de manera decisiva a lograr ese ansiado modelo de negocio.

¿Pero es posible esto en una plataforma de 5 años de existencia y continuo desarrollo por parte de unos agentes terceros que han contribuido decisivamente a su difusión, crecimiento y popularización? ¿No es un disparo en el pie en toda regla? Eso es lo que se dirime en esta confrontación. Y Twitter parece haberlo asumido con todas sus consecuencias.

twitter

Los primeros pasos y avisos se habían dado ya: restricción de su API, eliminación de la ‘carta blanca’, anuncio de cuentas ‘premium’ o la adquisición de conocidos desarrollos de terceros como Tweetie o Tweetdeck fueron claros pasos en esa dirección.

Pero en las últimas fechas el proceso se ha acelerado y ha hecho saltar las alarmas entre los desarrolladores externos que sí han logrado establecer un modelo de rentabilidad para sus productos derivados.

El anuncio el pasado martes del lanzamiento del servicio nativo de subida y almacenamiento de imágenes, atentando directamente contra la pervivencia de servicios tan populares como TweetPic , Yfrog o TweetPhoto, ha sentado como un jarro de agua fría en el sector, que no ha tardado en reaccionar: dado que Twitter lanza su propio ‘TweetPic’, TweetPic lanza su propio ‘Twitter’.

Pero también acaba de adquirir la red social Bagcheck, el sistema de estadísticas BackType y la ‘startup‘ publicitaria AdGrok, además de anunciar, ahora sí de forma ‘seria’, la incorporación de publicidad en el ‘timeline‘. Es decir, que la ofensiva no es ni tímida ni menor, aunque las respuestas de los desarrolladores externos parece que tampoco.

Desde luego no es fácil explicar que un producto que registra ya más de 200 millones de usuarios y una valoración de 8.000 millones de dólares no sea capaz de ofrecer un rentabilidad clara y directa. Diríamos que es lo más parecido a una burbuja. Y se puede entender que el aliento en la nuca de los inversores haya precipitado los acontecimientos.

twitter business

Las cartas están sobre la mesa. Ahora falta por ver si no es demasiado tarde y si esta agresiva política de reconversión no acaba revelándose como un auténtico suicidio, si a Twitter le es posible enderezar el rumbo y resultar ileso, aun a costa de enfrentarse y competir directamente con aquellos que han contribuido a su éxito, crecimiento y popularidad.

Necesitamos dirigirnos a un mundo menos fragmentado, donde cualquier usuario pueda disfrutar de Twitter de forma coherente [o sistemática]. Esto ya está ocurriendo a nivel orgánico: el número y cuota de mercado de las aplicaciones que no son propiedad o no están dirigidas por Twitter han sido recortadas”.

Ryan Sarver (director de plataforma de Twitter)

Twitter se ha visto envuelto en críticas por competir con servicios de terceros desarrollados a partir de su plataforma. Los desarrolladores no saben cuándo comenzará Twitter a competir con sus productos, una circunstancia que ha creado una nube de incertidumbre en el ‘ecosistema Twitter”

Ben Parr (editor de Mashable)

Yo diría que deberían tenerlo del todo claro ya. La incertidumbre se ha terminado. El ‘ecosistema Twitter’ está en pie de guerra.

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Manuel M. Almeida
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