Directamente alucinado me he quedado con la noticia de que:
“El G8, reunido la semana pasada en Japón, estudia dotar a los oficiales de aduanas de los aeropuertos de poderes para confiscar ordenadores, teléfonos y reproductores MP3 en busca de material “pirateado”
¡Cielos! Si no fuera por la seriedad de la fuente (The Telegraph), pensaría que estamos ante una nueva entrega de ‘Aterriza como puedas‘, aquella cachonda versión de la saga ‘Aeropuerto‘ protagonizada por Leslie Nielsen, entre otros, y una de cuyas frases más célebres podría ahora formularse como ‘elegí mal día para dejar el eMule‘.
Parece claro que los gobiernos de la occidentalidad toda están dispuestos a convertir los aeropuertos en un infierno combatiendo todo tipo de terrorismo, especialmente ése tan cruel y peligroso que no duda en compartir cultura de forma libre por todo el planeta. Dispuestos a convertir los aeropuertos en un infierno y dispuestos también a preservar los privilegios de unos pocos en contra de los derechos de todos, pues ya me dirá usted qué cosa tan grave se esconde detrás de un mp3 como para darle la potestad a un securitas o un guardia de turno de registrarle a uno cosas tan personales como un teléfono móvil o un ordenador portátil.
Increíble. Cada vez tengo más claro que se imponen medidas contundentes para combatir este descarado contubernio política-industria en contra del interés general. No sólo es cuestión de encriptar Internet, también tenemos capacidad de voto (por ahora, hasta que alguna gestora de derechos lo ponga en cuestión) y de decidir si compramos o no compramos un sólo LP o película más. Esto ya se está saliendo de madre.