Best Buy ha sorprendido hoy a propios y extraños anunciando la adquisición de Napster, el mítico portal de intercambio P2P que hoy vive horas bajas tras convertirse en la primera víctima de los talibán y leyes antipiratería de EEUU. La sorpresa radica, principalmente, en que Napster no es ya ni sombra de lo que fue: ni el servicio de referencia en intercambio libre de archivos en la Red de antaño, ni mucho menos un portal de venta de música que pueda competir en la actualidad con monstruos como iTunes o AmazonMp3.
Entonces, ¿a qué viene la jugada? Muy probablemente se trate de una adquisición estratégica, más pensada como soporte de acción de futuro que como plan inmediato. Napster está trabajando duro para convertirse en un proyecto si no rentable, sí al menos autosuficiente. De hecho, en el último año ha logrado reducir sus pérdidas un 45% (de 36,8 millones 16,5 millones de dólares), con unos ingresos de 127,5 millones. Algo asumible para una compañía como Best Buy que no ha dudado en aflojar 121 millones de dólares en efectivo para cerrar la operación.
De momento, se mantiene el equipo de desarrollo y el servicio, al que están suscritos unos 700.000 usuarios. Habrá que estar atentos a los próximos movimientos, pero en principio, todo parece indicar que no serán demasiado próximos ni espectaculares. Al menos, a medio plazo.
Enel plano sentimental, me alegro de que Napster vea garantizada su supervivencia. A pesar de los palos recibidos y los errores cometidos, continúa siendo todo un clásico del P2P.