De acuerdo, se están cargando la cultura

07 de diciembre de 2011 a las 17:25h

DRAE:

Cultura
(Del lat. cultūra).
1. f. cultivo.
2. f. Conjunto de conocimientos que permite a alguien desarrollar su juicio crítico.
3. f. Conjunto de modos de vida y costumbres, conocimientos y grado de desarrollo artístico, científico, industrial, en una época, grupo social, etc.”

Unesco (PDF):

La cultura da al hombre la capacidad de reflexionar sobre sí mismo. Es ella la que hace de nosotros seres específicamente humanos, racionales, críticos y éticamente comprometidos. A través de ella discernimos los valores y efectuamos opciones. A través de ella el hombre se expresa, toma conciencia de sí mismo, se reconoce como un proyecto inacabado, pone en cuestión sus propias realizaciones, busca incansablemente nuevas significaciones, y crea obras que lo trascienden”.

De acuerdo, se están cargando la cultura

Conozco a una persona apasionada al vídeo y a todo lo que significa la cultura japonesa. Es joven, pero desde hace años tiene como afición montar vídeos contando historias propias utilizando imágenes de cómics y series mangas, y música de grupos del país nipón. Digamos que ha ido construyendo su propio universo creativo a golpe de ‘mashups‘ de creaciones anteriores. Algo por lo demás más que habitual en, y aún diría inherente a, cualquier desarrollo cultural y cualquier proceso iniciático de desarrollo artístico.

Hasta hoy venía subiendo sus creaciones a YouTube, donde había logrado articular una comunidad que compartía sus creaciones y que, con sus comentarios positivos y negativos, pero siempre constructivos, le ayudaban a mejorar en ese proceso de aprendizaje, estimulando su trabajo y perfilando su estilo.

Hoy YouTube le ha cerrado su cuenta con el clásico y escueto “por denuncias de vulneración de copyright”. El mundo se le ha venido encima. No entiende nada. Su trabajo de años cercenado, su comunidad rota y sus posibilidades de continuar en ese proceso, muy limitadas. Sin lucro de por medio. Sin otra meta que dar rienda suelta a su creatividad. Ya le he recomendado alguna que otra plataforma online desde la que poder intentar continuar con su trabajo. Pero ahora mismo todo se le hace cuesta arriba y, además, nadie le asegura que en un futuro no muy lejano no vuelva a ocurrirle lo mismo.

Yo diría que este tipo de actos, en nombre del ‘copyright’ y de la industria, es el que realmente hace daño al arte, la creatividad y el enriquecimiento cultural individual y colectivo. Que todo ser humano es un creador y que la creación siempre se ha nutrido de creaciones anteriores, a través de la recreación, la reinterpretación, la copia y la mezcla. Porque ésa es la esencia del aprendizaje y del conocimiento humanos. Y no el secuestro mercantil de aquellos que enarbolan su bandera en beneficio particular. Que sí, que algunos se están cargando la cultura, pero que son los mismos que se llenan la boca con ella mientras señalan con el dedo acusador a la ciudadanía. Y no dudan en atentar contra los derechos y libertades básicos en aras de su interés particular. Que si la cultura es algo, es patrimonio colaborativo y compartido. Y nunca, desde luego, apropiación sin escrúpulos del acervo universal. ¿Por qué lo llamas ‘cultura’, cuando quieres decir ‘negocio’?

Y aún intentan confundir y criminalizar a quienes salen en defensa del libre acceso a ese patrimonio que es de todos. Como bien reza en la ‘Declaración de México de las Políticas Culturales’ de la Unesco de 1982 a la que hacía referencia también al principio del post:

La cultura puede considerarse actualmente como el conjunto de los rasgos distintivos, espirituales y materiales, intelectuales y afectivos que caracterizan a una sociedad o un grupo social. Ella engloba, además de las artes y las letras, los modos de vida, los derechos fundamentales al ser humano, los sistemas de valores, las tradiciones y las creencias”

Es decir, que la defensa de los derechos fundamentales y libertades no puede acabar con la cultura porque aquellos forman parte de ésta. Ir contra ellos, sí amenaza seriamente esa riqueza universal… entre otros valores esenciales.

Mi joven amigo sigue cabizbajo sin explicarse absolutamente nada. Le escribo este post por ver si le animo y arrojo algo de luz en su desconcierto. Si quieres animarlo un poco tú también, te invito a sugerirle en los comentarios plataformas de vídeo online donde pueda desarrollar su creatividad sin temor a cortes censores en nombre de los ‘amos de la cultura’. Censura y poder, qué poco encajan con el concepto de cultura. Qué gran contradición.

Sobre el autor
Manuel M. Almeida
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