El ‘content curator’ y la metáfora del buen ladrón

05 de junio de 2012 a las 16:35h

Good curation vs bad curation

Si hay un término que me chirría especialmente en la jerga de la Web 2.0 es el de ‘curador’, referido al ‘content curator‘ con el que los anglosajones definen a aquellos que, en el ámbito del social media y de forma profesional o no, buscan, filtran, organizan, reinterpretan y comparten contenidos, al margen de que puedan crearlos también. Y me chirría no por ningún fundamentalismo nacional-lingüístico que me lleve a rechazar neologismos o barbarismos en este sector (apañados estaríamos), sino fundamentalmente porque, además de espantoso, se trata de una traducción automática, simplona, y completamente ajena al sentido original. Muy pobre.

El problema es que, hoy por hoy, tampoco hay alternativa, ya que las que se han promovido desde instituciones como Fundéu (responsable, gestor o editor de contenidos), también dejan mucho que desear. El ‘curator’ es, en el campo que nos ocupa, un intermediario, pero un intermediario que aporta valor; es distribuidor y es autor al mismo tiempo merced a sus propias contribuciones. ¿Un regenerador? ¿Un recreador? Un lío. De ahí que haya optado por mantener en el título del post el anglicismo original.

Pero, entrando en materia, ¿no es posible que estemos ante la expresión de un vocablo inútil? Me pregunto, ¿no somos todos los que participamos activamente de la Web 2.0 ‘content curators’ y lo que realmente distingue a unos y otros es la calidad, valor o utilidad de su ‘curation’? Eso es lo que plantean las fuentes de esta tabla que hoy comparto por aquí y que es fruto de una interesante discusión que parte de la presentación ‘Link Building by Imitation‘, de Ross Hudgens, y llega (por el momento) hasta el Blog de Beth, con participación en el proceso de gente como Robin Good o Guillaume DeCugis (Scoop.it), y en la que se entremezclan asuntos como la netiqueta o los derechos de autor.

Básicamente, la presentación original identifica la ‘content curation’ con el ‘robo’; y a los ‘content curators’, con ‘ladrones’. Pero no unos ‘ladrones’ cualesquiera, sino ‘ladrones’ que contribuyen a difundir y enriquecer el ‘botín’, de tal forma que acaban beneficiando al autor, a sí mismos y a la comunidad. Pero, eso sí, entre los ‘ladrones’ también hay clases: está el buen ‘ladrón’ que actúa de forma profesional, comprometida, honesta y responsable; y el ‘ladrón’ que desprecia por completo las bases de la netiqueta 2.0. Aquéllos serían los buenos ‘content curators’:

Good theft vs bad theft

(Buen ladrón: honestidad, investigación, robar a muchos, ofrecer los créditos, transformar, mezclar | Mal ladrón: degradación, superficialidad, robar a pocos, plagiar, imitar, estafar)”

En definitiva, que Hudgens incide, figuradamente o no, en uno de los principales debates de esta era digital: los derechos sobre los contenidos y los nuevos modelos de uso, intercambio y distribución. Trapo al que entraron decididamente Good y DeCugis, debatiendo sobre la pertinencia de llamar ‘robo’ a la redistribución enriquecida de contenidos, la ‘curation’, por mucho que en ese proceso pueda violarse algún que otro copyright.

Mi opinión al respecto es que, ciertamente, las expresiones utilizadas en la presentación, aún pudiendo ser figuradas, no son muy acertadas, especialmente en una actividad en la que se trata precisamente de difundir y enriquecer contenidos, y no de consumirlos simplemente. Es decir, una actividad que es el motor básico de la Red, de la Web 2.0 y diría que la base de todo desarrollo intelectual. Precisamente los rasgos enumerados en la columna ‘good theft’ son los que, salvo posturas recalcitrantes, compensarían esas posibles violaciones de copyright, que en buena parte tendrían que ver más con el concepto de ‘cita’ que con el de violación propiamente dicho.

Recogiendo este sentir, y practicando con el ejemplo, Beth Kanter ha ‘curado’ la tabla de Hudgens y ha eliminado de ella cualquier término que pudiera generar polémica, sustituyéndolo por otros más acordes con la ‘filosofía 2.0′ y que puedes ver al principio del post. Traducido aquí:

(Buen ‘curator’: honestidad, investigación, muchas fuentes, ofrecer los créditos, transformar, mezclar | Mal ‘curator’: degradación, superficialidad, pocas fuentes, no ofrecer créditos, imitar, copiar y pegar)”

Versión que, definitivamente, me gusta mucho más y en la que, efectivamente, se recogen si no todos, sí al menos seis de los valores que, en mi opinión, deberían presidir toda actividad de ‘curation’ que se tenga por rigurosa y honesta.

Sobre el autor
Manuel M. Almeida
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