Un redactor del ‘New York Times’ aduce, después de fusilar un artículo del blog Newyorkshitty sin citarlo, que las políticas editoriales del periódico prohíben expresamente citar como fuentes a los blogs, algo que, de ser cierto, supondría no sólo una evidente depreciación de la ética periodística, sino un ejercicio de hipocresía impresionante. Los mismos que se rasgan las vestiduras porque los blogs toman imágenes y fragmentos de texto, citándolos, no tienen reparos en admitir abiertamente que ellos hacen lo propio, pero sin mentar a nadie. Eso sí es piratería, y no lo que proclaman los talibán del copyright.
La cita de fuentes en periodismo no es una opción ni una suerte de cortesía, es uno de sus preceptos éticos, un ejercicio de transparencia y una obligación para con los lectores, que tienen el derecho a saber de dónde surge la información, qué connotaciones la rodea y qué grado de fiabilidad se le puede otorgar.
Del Libro de Estilo de ‘El País’, por ejemplo:
“10. Las noticias reelaboradas con datos de diversa procedencia se firmarán con el nombre de la fuente y el lugar de origen de la crónica o despacho de agencia más utilizado, pero sin dejar de mencionar en el texto a las otras fuentes -sobre todo cuando se trate de datos facilitados exclusivamente por una-. Un redactor que documenta ampliamente una noticia puede firmarla. No obstante, cuidará de citar en el texto las fuentes de esa noticia elaborada”.
Ya digo que lo único que tenemos es lo que el autor de Newyorkshitty publica en su blog, y me sorprendería que el NYT confirmase esta versión porque, de hacerlo, estaría traicionando gravemente sus propios principios y poniendo en tela de juicio buena parte de la poca credibilidad que aún le queda a la prensa tradicional.
Vía: Bitacoras.com