El jueves 20 de noviembre de 2025, Google dio un paso más en su carrera por hacer tangible la inteligencia artificial. No se trata de un nuevo algoritmo oculto en servidores lejanos, ni de una actualización técnica para expertos. Esta vez, la IA llegó con nombre de fruta exótica Nano Banana Pro. Y viene para cambiar cómo vemos, creamos y entendemos la información visual.
Cómo una herramienta de imágenes se convierte en fenómeno social
El nombre suena a broma, pero el impacto es real. Nano Banana Pro no es solo otra función de edición con IA. Es una herramienta capaz de transformar datos, textos y hasta fragmentos de código en infografías pulidas, presentaciones completas o escenas visuales coherentes con personajes recurrentes. Se alimenta de Gemini 3 Pro, el último gran avance en el motor de inteligencia artificial de Google, presentado apenas dos días antes. No es casualidad. Es estrategia primero el cerebro, luego las manos que dibujan con él.
"Es increíble con infografías. Puede crear presentaciones. Puede manejar hasta 14 imágenes diferentes o cinco personajes manteniendo coherencia visual"
- Josh Woodward, vicepresidente de Google Labs y Gemini
Imagina pegar tu currículum de LinkedIn y que, en segundos, se convierta en una línea de tiempo visual con íconos, colores y jerarquías claras. O introducir un código informático y recibir un diagrama explicativo que incluso un niño podría entender. Eso ya no es ciencia ficción. Es lo que están haciendo usuarios internos de Google con esta nueva herramienta.
La magia no está solo en generar imágenes, sino en convertir lo abstracto en algo que podemos ver y compartir. Y eso, como bien señala Woodward, es donde muchos están descubriendo su verdadero potencial. Hasta ahora, la IA generaba retratos, paisajes o escenas ficticias. Nano Banana Pro va más allá visualiza lo que antes no parecía visualizable.
Un éxito que se mide en millones y en bolsa
La versión original de Nano Banana, lanzada en agosto de 2025, ya había causado sensación al convertir fotos comunes en figuras 3D hiperrealistas. Fue viral. Y no por estrategias de marketing, sino por pura sorpresa. La gente mostraba a amigos cómo una imagen de su perro se transformaba en una escultura digital que parecía salir de una película de animación.
En solo cuatro días, el producto atrajo 13 millones de nuevos usuarios a la app Gemini. Un tsunami digital que no pasó desapercibido. El jueves del lanzamiento de la versión Pro, las acciones de Alphabet subieron un 4 por ciento. No es solo un producto nuevo. Es una señal de confianza en que Google no solo compite en IA, sino que está definiendo cómo la usamos.
Con más de 650 millones de usuarios activos mensuales, Gemini se ha convertido en uno de los ecosistemas de IA más grandes del mundo. Y si sumamos los 2 mil millones que ya interactúan con los resúmenes impulsados por IA en búsquedas, el alcance es casi planetario. Para ponerlo en perspectiva ChatGPT, según declaró Sam Altman en octubre, alcanzó los 800 millones de usuarios activos semanales. La competencia es feroz, pero el campo se amplía a una velocidad vertiginosa.
Dónde y cómo usarlo: acceso, marcas de agua y planes de pago
Nano Banana Pro no está confinada a un solo producto. Está integrada en la app Gemini, con cuotas gratuitas limitadas. También aparece en NotebookLM, el asistente de escritura de Google, y en herramientas para desarrolladores, empresas y publicidad. Los suscriptores de Google AI Pro y Ultra tendrán acceso exclusivo en funciones como AI Mode en la búsqueda. Más adelante, llegará a Flow, la herramienta de creación de películas con IA que Google está puliendo como una especie de estudio de cine en la nube.
Hay un detalle simbólico las imágenes generadas por cuentas gratuitas llevarán una marca de agua. Desaparecerá si eres suscriptor de Google AI Ultra. Es un incentivo, claro, pero también una declaración la calidad visual sin rastro pertenece al mundo de la suscripción. Es una tendencia que ya vimos con música, video y software. Ahora llega a la creación visual con IA.
Y como si eso no fuera suficiente, Google añadió una función en Gemini que permite subir cualquier imagen para comprobar si fue generada por su propia IA. Una herramienta de verificación que suena a anticipo de futuros debates sobre autenticidad, derechos de autor y desinformación visual.
El futuro no es solo visual, es narrativo
Google no se detiene. Tras Nano Banana Pro, los ojos están puestos en Flow y en Genie, un modelo experimental de "construcción de mundos" que permite generar entornos virtuales coherentes desde cero. Por ahora, es una vista previa limitada. Pero el mensaje es claro no basta con crear imágenes. Ahora se trata de construir universos enteros con una frase.
"Estamos viendo muchas personas llegando a estos productos. Ese es el mejor problema que puedes tener mucha demanda, y estamos intentando entender cómo satisfacerla"
- Josh Woodward
En medio de esta avalancha tecnológica, queda una pregunta flotando ¿qué significa ver, realmente? Hace cien años, las infografías eran obra de ilustradores que trabajaban con tinta y regla. Hoy, un algoritmo puede hacerlo en segundos. Mañana, quizás ni necesitemos mirar. La IA nos contará lo que ve. Pero mientras tanto, herramientas como Nano Banana Pro nos recuerdan que la imagen sigue siendo poder. Y que, a veces, para entender el mundo, basta con convertirlo en un gráfico. O en un plátano.