Cuando un chip chino reemplace el diseño de Nvidia

Alibaba fue uno de los principales clientes de Nvidia hasta que las restricciones estadounidenses cerraron el grifo en China. Ahora, Alibaba ha presentado un chip de inteligencia artificial, una pieza clave de la autonomía tecnológica china.

31 de agosto de 2025 a las 08:35h
como pueden los chips chinos acelerar la evolucion 2025
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En medio de una carrera tecnológica que redefine el equilibrio de poder global, China acelera su apuesta por la independencia en inteligencia artificial. Lo que comenzó como una respuesta a las restricciones externas ha mutado en un impulso nacional con múltiples frentes: inversión estatal, innovación privada y una red de empresas dispuestas a reescribir las reglas del juego. En este escenario, cada nuevo chip no es solo un componente electrónico, sino un símbolo de soberanía tecnológica.

El giro de Alibaba: del consumo a la creación

Alibaba, antes uno de los mayores clientes de Nvidia, ahora se posiciona como desarrollador propio de chips de inteligencia artificial. Su nuevo modelo, actualmente en fase de pruebas, está diseñado específicamente para tareas de inferencia, es decir, para ejecutar modelos de IA ya entrenados. Aunque no compite directamente con los chips más potentes de Nvidia en entrenamiento, su versatilidad y compatibilidad con plataformas existentes marcan un antes y un después.

El nuevo chip de Alibaba será compatible con la plataforma de Nvidia, permitiendo a los ingenieros reutilizar programas desarrollados previamente. Esta decisión no es solo técnica, sino estratégica: reduce la fricción de transición y acelera la adopción. Además, por primera vez, el chip es fabricado íntegramente por una empresa china, un paso crucial tras la prohibición de Washington a TSMC para producir chips avanzados para el mercado chino.

El impulso no es menor. En febrero, Alibaba anunció una inversión mínima de 53 mil millones de dólares en los próximos tres años en nube e inteligencia artificial. En el último trimestre, sus ingresos por servicios en la nube crecieron un 26 por ciento, una señal clara de que AI plus cloud se ha convertido en uno de los motores centrales de su crecimiento, junto con el comercio electrónico.

La eclosión de los chips nacionales

Más allá de Alibaba, el ecosistema chino de semiconductores vive un momento de efervescencia. MetaX, una empresa de Shanghái, lanzó recientemente un chip que afirma puede reemplazar al H20 de Nvidia, el modelo más potente que Estados Unidos permite exportar a China. Con más memoria y mayor rendimiento en ciertas tareas de IA, el chip de MetaX entra en producción en masa esta semana, aunque con un coste: un consumo energético significativamente más alto.

Cambricon Technologies, con sede en Pekín, también ha ganado terreno. Su chip Siyuan 590 ha impulsado ingresos por 247 millones de dólares en un solo trimestre. A pesar de una caída del 6 por ciento en su acción tras advertir sobre su rápido crecimiento, la capitalización de la empresa supera los 87 mil millones de dólares, una cifra que refleja la confianza del mercado en su potencial.

Estas empresas no actúan en el vacío. En enero, el gobierno chino anunció un fondo de 8.400 millones de dólares para fortalecer la cadena de suministro nacional de IA. El objetivo es claro: reducir la dependencia tecnológica y construir una infraestructura autónoma.

El gigante Huawei y la estrategia del ensamblaje

En este tablero, Huawei emerge como el actor estrella de la estrategia estatal. Con sus chips Ascend, la empresa ha logrado desarrollar un sistema informático que integra 384 unidades, capaz de competir en ciertos aspectos con el sistema de Nvidia basado en 72 chips Blackwell. La filosofía es simple pero poderosa: si no puedes fabricar un chip de vanguardia, únelos.

Ren Zhengfei, fundador de Huawei, lo dijo sin rodeos en junio: al combinar chips, podemos lograr resultados informáticos comparables con los estándares más avanzados. Y añadió: no hay que preocuparse por el problema del chip. Esta afirmación, pronunciada en el periódico oficial del Partido Comunista, trasciende lo técnico: es un mensaje de resiliencia política.

Sin embargo, no todo es euforia. Empresas privadas como Alibaba evitan grandes pedidos de chips Huawei, no por desconfianza técnica, sino por competencia directa en servicios de nube. Además, ingenieros chinos reportan problemas reales: sobrecalentamiento, fallos durante el entrenamiento de modelos, y limitaciones en eficiencia. La brecha con Occidente aún existe, pero se está reduciendo.

La innovación del software como puente

En este contexto, surge una nueva esperanza: el software. DeepSeek, una startup china que aspira a competir con OpenAI, ha generado un repunte en la bolsa al sugerir que sus avances en algoritmos podrían permitir entrenar modelos de IA utilizando combinaciones de chips chinos mejorados. La idea es transformar una debilidad en virtud: si el hardware nacional no alcanza el nivel de Nvidia, el software puede compensarlo.

Kevin Xu, fundador de Interconnected Capital, lo resume con claridad: tal adaptación puede permitir a los desarrolladores chinos de IA reducir la brecha con los EE.UU. más pronto de lo que muchos creen. No se trata ya de copiar, sino de reinventar. Y en ese proceso, el alma de la innovación no está solo en el silicio, sino en la forma en que se conecta, se programa, se optimiza.

China no está solo construyendo chips. Está construyendo un sistema. Un sistema donde el Estado impulsa, las empresas ejecutan, y los ingenieros resuelven problemas con creatividad. La carrera por la inteligencia artificial no se decidirá solo en los laboratorios de Palo Alto o Shenzhen, sino en la capacidad de integrar tecnología, política y visión de futuro. Y en ese campo, el tablero está cambiando más rápido de lo que imaginamos.

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