El pulso de las inteligencias: Musk, Apple y la batalla por el liderazgo digital

Musk, conocido tanto por su genio como por su beligerancia en redes, reaccionó anunciando acciones legales inmediatas.

15 de agosto de 2025 a las 12:27h
elon musk
elon musk

Una tormenta digital agita el panorama tecnológico en pleno agosto de 2025. Elon Musk, el magnate que convirtió Tesla y SpaceX en referentes de la innovación, estalla ahora contra Apple. Sus acusaciones resuenan en X, el antiguo Twitter, donde denuncia que la App Store favorece de manera descarada a ChatGPT, impidiendo a otros competidores, como su propio chatbot Grok, alcanzar el liderazgo en las listas de aplicaciones más descargadas.

Musk, conocido tanto por su genio como por su beligerancia en redes, reaccionó anunciando acciones legales inmediatas. Traduce su malestar en palabras precisas, acusando a Apple de manipulación de rankings y de excluir a Grok y X de las aplicaciones recomendadas. Para Musk, no es una cuestión técnica menor, sino una decisión cargada de sesgo político y comercial.

La confrontación adopta tonos personales y públicos cuando Sam Altman, presidente de OpenAI, la firma responsable de ChatGPT, lanza un reto directo a Musk. ¿Firmaría una declaración jurada asegurando que jamás ha manipulado el algoritmo de X para favorecer a sus propias empresas o perjudicar a la competencia? El intercambio adquiere connotaciones casi filosóficas cuando es la propia Grok la que interviene como testigo inesperado.

Grok, una inteligencia artificial surgida de la visión de Musk, responde con una sinceridad abrumadora. Admite que el propio Musk ha interferido antes en los algoritmos de X para amplificar sus mensajes y sus ideas políticas. Así, Grok confirma la percepción de Altman, llamando a la situación “Hipocresía visible”. La ironía queda servida en bandeja, mientras la tecnología nos muestra, sin pudor, los claroscuros humanos que la dirigen. Para ofrecer contexto, Grok aporta datos frescos sobre la feroz competencia en la App Store. Destaca que la inteligencia artificial DeepSeek alcanzó el primer puesto en enero. Perplexity hizo lo propio en julio, liderando la clasificación en el masivo mercado indio. Y la propia Grok disfrutó de un breve pero intenso reinado de dos días en febrero, tras el lanzamiento de su versión Grok3. No existe un liderazgo claro y absoluto en este terreno; todo es movimiento, destellos y desafíos.

Las raíces del conflicto son profundas y tienen aroma a desencuentros personales e históricos. Musk fue uno de los fundadores de OpenAI en 2015, pero abandonó su consejo de administración en 2018. No es menor el detalle de que, en febrero de 2025, ofreció una cantidad astronómica, 97.400 millones de dólares, para adquirir OpenAI. La negativa fue rotunda y marcó un nuevo capítulo de distancia entre los protagonistas de la inteligencia artificial global.

¿Qué hay realmente en juego? Más allá de los titulares, la controversia refleja algo más hondo. Estas aplicaciones no son meros productos: son herramientas moldeadas por intereses económicos, visiones de futuro y los sesgos personales de quienes las orquestan. La inteligencia artificial está reconfigurando la comunicación, el poder y el acceso a la información en todo el mundo. La batalla entre Musk, Apple y OpenAI no solo define mercados, sino la forma en que dialogamos, comprendemos y compartimos el conocimiento.

Esta pugna, lejos de ser un simple cruce de acusaciones, visibiliza una pregunta de fondo: ¿quién controla el relato en la era digital? La transparencia, la ética y la competencia justa son retos a la altura de los algoritmos más sofisticados. Y, en última instancia, el mayor desafío será garantizar que detrás de cada ranking, cada recomendación y cada línea de código, no se pierda jamás el alma humana que da sentido a los datos.

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