Un procesador chino dice superar a NVIDIA A100: 50% más rendimiento y 30% menos consumo energético

Chana ofrece hasta un 50% más de rendimiento que la NVIDIA A100, una GPU que marcó un antes y un después en el cómputo de IA cuando se lanzó en 2020. Esa diferencia no es trivial.

07 de diciembre de 2025 a las 06:35h
un chip chino afirma un 50% mas rendimiento
un chip chino afirma un 50% mas rendimiento

En un laboratorio de Hangzhou, a orillas del río Qiantang, un grupo de ingenieros ha puesto a prueba algo que suena a desafío imposible construir un chip de inteligencia artificial capaz de superar a los gigantes de Silicon Valley. Zhonghao Xinying, una startup fundada en 2018 y conocida también como CL Tech, afirma haberlo logrado con un procesador llamado Chana. No es un nombre familiar aún, pero podría empezar a sonar con fuerza en los centros de datos del futuro.

Un salto tecnológico o una promesa ambiciosa

Según la empresa, Chana ofrece hasta un 50% más de rendimiento que la NVIDIA A100, una GPU que marcó un antes y un después en el cómputo de IA cuando se lanzó en 2020. Esa diferencia no es trivial. Imagina dos coches en una carrera de resistencia uno consume mucha gasolina, el otro va más rápido y gasta menos. Eso es lo que Zhonghao Xinying asegura que hace su chip acelera el cálculo y reduce el consumo energético hasta en un 30%.

Y hay más. El coste computacional por unidad, dicen, es menos de la mitad del que ofrece el A100. En un mundo donde los grandes modelos de IA consumen millones de dólares en electricidad y hardware, cada punto porcentual de eficiencia puede significar la diferencia entre rentabilidad y quiebra.

Pero no todo es rendimiento. Lo que más llama la atención es la afirmación de independencia tecnológica. Los chips no dependen de licencias de tecnología extranjera, asegura Yanggong Yifan, fundador de la compañía y exingeniero de Google y Oracle.

"Nuestro chip cuenta con núcleos IP totalmente autocontrolados, un conjunto de instrucciones personalizado y una plataforma informática totalmente interna. Nuestros chips no dependen de licencias de tecnología extranjera, lo que garantiza la seguridad y la sostenibilidad a largo plazo desde el punto de vista arquitectónico" - Yanggong Yifan, fundador de Zhonghao Xinying

Es una declaración cargada de significado. En los últimos años, China ha visto cómo las restricciones occidentales limitaban su acceso a tecnología de punta, especialmente en semiconductores. La prohibición de exportar chips avanzados de NVIDIA a China no solo afectó a empresas tecnológicas, sino que aceleró un movimiento interno construir todo desde cero. Zhonghao Xinying no es el único actor, pero su apuesta suena más contundente que muchas otras.

El peso de la historia en cada transistor

La carrera por los chips de IA no es solo técnica, es geopolítica. Desde los años 80, Estados Unidos ha liderado el diseño de procesadores. Empresas como Intel, NVIDIA o AMD han dictado el ritmo. Pero ahora, con la IA como motor de la próxima revolución industrial, el mapa cambia. China no quiere solo comprar tecnología. Quiere crearla.

Y ahí reside la paradoja. Aunque Zhonghao Xinying hable de arquitectura propia, no se ha revelado quién fabrica el chip. Uno de los sospechosos habituales es SMIC, la mayor fabricante china de semiconductores. SMIC domina la tecnología de 7 nanómetros, pero aún está lejos de los 3 nm que ya manejan TSMC o Samsung. La falta de acceso a máquinas de fotolitografía de última generación sigue siendo un freno clave.

Es como tener un coche de Fórmula 1 diseñado en casa, pero tener que correr en una pista con curvas cerradas y límites de velocidad. El diseño puede ser brillante, pero el entorno lo limita.

Los números detrás del sueño

En 2024, la empresa reportó ingresos de 598 millones de yuan, unos 73 millones de euros, con un beneficio neto de 85,9 millones de yuan. Suena sólido. Pero los datos de la primera mitad de este año dibujan otra realidad 102 millones de yuan en ingresos y pérdidas de 144 millones de yuan. El crecimiento no siempre va de la mano con la rentabilidad.

Hay presión. Mucha. Zhonghao Xinying tiene un pacto claro con sus inversores salir a bolsa a finales de 2026. Si no lo consigue, deberá recomprar acciones. Es un reloj invisible que avanza segundo a segundo. En este sector, los plazos son tan importantes como los transistores.

Y mientras tanto, el mundo sigue evolucionando. La A100 ya no es el estándar más alto. NVIDIA lanzó los H100 en 2022 y ahora domina con sus chips Blackwell Ultra. Comparar Chana con una A100 es válido, pero también puede sonar a apuntar al pasado en vez de al presente.

¿Quién controla el futuro de la computación?

Lo que Zhonghao Xinying está construyendo no es solo un chip. Es una narrativa. La de un país que quiere liberarse de la dependencia tecnológica. La de una generación de ingenieros que regresan de Silicon Valley con un propósito hacerlo en casa.

El equipo fundador incluye talento de Microsoft, Oracle, NVIDIA, Amazon y Facebook. Gente que ha tocado el futuro y ahora quiere moldearlo en otro idioma. Pero también enfrentan un dilema la innovación no solo depende del diseño, sino de la cadena de suministro global.

La pregunta no es si Chana puede competir con A100. La pregunta es si puede escalar, si puede mantenerse a la vanguardia, si puede sobrevivir en un mercado donde los líderes avanzan a saltos. Y si, en medio de esa carrera, China logra no solo imitar, sino redefinir el juego.

Por ahora, Chana es una promesa. Tal vez el primer eco de algo más grande. Tal vez un experimento valiente en un campo donde los errores cuestan miles de millones. Pero en ese laboratorio de Hangzhou, mientras los transistores trabajan en silencio, algo ya está claro el futuro del cómputo no se decidirá solo en California.

Sobre el autor
Redacción
Ver biografía