1.800 millones de usuarios de WhatsApp ya pueden recibir mensajes de personas sin la app

La interoperabilidad en WhatsApp es consecuencia directa de estas nuevas normas. No es una decisión espontánea de Meta, sino una obligación.

11 de diciembre de 2025 a las 06:25h
tu numero de whatsapp ya no esta aislado
tu numero de whatsapp ya no esta aislado

Hasta hace unos días, tu número de WhatsApp era como una dirección secreta. Solo quienes estaban dentro del círculo podían llamarte, enviarte un audio o ese meme que todos comparten el domingo por la tarde. Pero ahora eso cambia. Tu número de teléfono puede empezar a recibir mensajes de personas que ni siquiera tienen WhatsApp. ¿Suena extraño? Pues ya está ocurriendo.

La puerta abierta por Bruselas

La Unión Europea ha empujado con fuerza para que las grandes plataformas de mensajería dejen de actuar como islas. Durante años, aplicaciones como WhatsApp, Telegram o Messenger han funcionado como fortalezas digitales cerradas, autosuficientes, impenetrables. Pero las nuevas normas europeas sobre competencia digital obligan a abrir una puerta técnica, no por generosidad, sino por diseño regulatorio.

La interoperabilidad en WhatsApp es consecuencia directa de estas nuevas normas. No es una decisión espontánea de Meta, sino una obligación. Y aunque suene técnica, el impacto es profundamente humano por primera vez, puedes recibir un mensaje desde otra app sin tener que instalarte otra aplicación. Imagina que alguien te escribe desde Telegram usando solo tu número de teléfono. No necesitas tener Telegram. El mensaje llega. Así, sin más.

Cómo activar la ventana al mundo

La función ya está disponible en algunas regiones, desplegándose poco a poco. Para activarla, basta con entrar en Ajustes, luego Cuentas, después Chats de terceros y pulsar el interruptor. Simple. Rápido. Irreversible en el sentido de que, una vez activado, cualquiera con tu número puede contactarte desde una app compatible incluso si antes te había bloqueado en WhatsApp.

Pero hay límites. El número de teléfono se comparte, pero no el nombre ni la foto de perfil. Eso mantiene cierto control sobre la identidad. Además, para que alguien inicie un chat desde otra plataforma, necesita no solo tu número, sino también un identificador extra un correo, un nombre de usuario o un número adicional en esa app. No es tan fácil como mandar un SMS ciego.

Y hay más control. Puedes decidir si los mensajes externos se mezclan con los de tu bandeja de entrada normal o si prefieres que vayan a un apartado separado. Es como elegir si dejas entrar a los visitantes a tu salón o los recibes en la puerta.

¿Quién puede entrar por esta puerta?

No cualquier app puede conectar con WhatsApp. Solo aquellas que cumplan con estándares técnicos y de seguridad estrictos. Solo las aplicaciones que cumplan con estándares técnicos y de seguridad pueden interoperar con WhatsApp. Esto descarta a muchas plataformas menores, pero abre la posibilidad a gigantes como Messenger o Telegram, si deciden integrarse.

El sistema se basa en el protocolo Matrix, una arquitectura abierta que permite la comunicación entre plataformas distintas. Es como si, de pronto, todos los servicios de mensajería empezaran a hablar el mismo idioma técnico. Pero no todos lo hablan con la misma fluidez.

"La interoperabilidad es el primer paso para romper los monopolios digitales" - Margrethe Vestager, Comisaria de Competencia de la UE

Lo que cambia (y lo que no)

Si decides desactivar la interoperabilidad, dejas de recibir mensajes externos. Pero las conversaciones anteriores no desaparecen quedan en modo solo lectura. Como si fueras a un concierto y luego te quedases grabando el eco.

Cualquier persona que tenga tu número de teléfono podrá escribir desde otra app compatible, incluso si estaba bloqueada en WhatsApp. Esto puede sonar inquietante. ¿Qué pasa con el control sobre quién nos contacta? La privacidad se resiente un poco, aunque el sistema no revela tu nombre ni tu foto.

El verdadero cambio no es técnico. Es social. Por primera vez, el poder deja de estar solo en manos de la plataforma. Los usuarios pueden elegir. Y los desarrolladores de otras apps pueden competir en igualdad de condiciones. No es una revolución. Es un resquicio. Pero un resquicio que puede ensancharse con el tiempo.

Quizá dentro de unos años miraremos atrás y pensemos fue entonces cuando las apps dejaron de ser prisiones y se convirtieron en puertos.

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