4 millones de dispositivos Samsung perdieron acceso silencioso a Gemini sin aviso previo

Google parece querer obligarnos a usar el botón de encendido o decir 'Hey Google' a voz alta para iniciar Gemini, pero me niego

06 de noviembre de 2025 a las 14:45h
un gesto diagonal desactivaba gemini discretamente
un gesto diagonal desactivaba gemini discretamente

La inteligencia artificial se está colando en cada rincón de nuestros dispositivos, como una nueva capa invisible del sistema operativo. Google no se anda con rodeos y está integrando Gemini profundamente en sus aplicaciones más usadas Docs, Drive, Gmail, Fotos. Ya no se trata de una app aparte, sino de una presencia constante, como si el asistente tuviera permiso para sentarse en la mesa familiar. Pero esta cercanía tiene un precio el control que creíamos tener sobre cómo interactuar con él empieza a desvanecerse.

Uno de los gestos más elegantes que Google introdujo fue el deslizamiento diagonal desde la esquina inferior de la pantalla. Un movimiento sutil, casi íntimo, que activaba la ventana flotante de Gemini sin necesidad de hablar ni pulsar botones. Era rápido, discreto, perfecto para quienes valoran la eficiencia sin escándalo. Pero en los móviles Samsung Galaxy, ese gesto ha desaparecido. Sin aviso, sin explicación. Como si alguien hubiera apagado una luz que antes iluminaba el camino.

El autor de la observación lo dice con una mezcla de ironía y resistencia "Google parece querer obligarnos a usar el botón de encendido o decir 'Hey Google' a voz alta para iniciar Gemini, pero me niego".

Google parece querer obligarnos a usar el botón de encendido o decir 'Hey Google' a voz alta para iniciar Gemini, pero me niego

Este rechazo no es solo una cuestión de comodidad. Es una pequeña batalla por la autonomía. Decir en voz alta "Hey Google" en medio de una reunión, un tren o una biblioteca puede ser incómodo. Pulsar el botón de encendido, aunque funcional, rompe el flujo. El gesto permitía una comunicación casi silenciosa con la máquina, como un guiño entre cómplices. Su desaparición nos recuerda que, aunque creamos que dominamos la tecnología, a menudo son las empresas las que deciden cómo nos relacionamos con ella.

Curiosamente, en móviles Xiaomi el gesto sigue disponible. La diferencia entre marcas, que antes se medía por hardware o cámaras, ahora también se define por la libertad de interacción. Samsung, al eliminarlo, parece alinearse con una estrategia más controlada, más guiada. Pero no todo está perdido. Android y One UI aún dejan espacio para la creatividad del usuario, y eso abre una puerta trasera.

La aplicación Good Lock, disponible en Galaxy Store y Google Play, permite recuperar ese control. Instalando el módulo One Hand Operation+, se puede crear un gesto personalizado que active la ventana flotante de Gemini. Basta con añadir un controlador en los bordes de la pantalla y asignar la acción "Diagonal hacia arriba" a la "Aplicación de asistencia". No abre la app completa, sino esa burbuja flotante que aparece con el botón de encendido o el comando de voz. Es como reconstruir una herramienta que nos quitaron, pero con piezas de bricolaje.

Otra opción, aún más ingeniosa, es el módulo RegiStar. Permite configurar la función de "toque en la parte trasera". Al activar "doble toque" o "triple toque", puedes asignar la acción de acceder al asistente de voz de Google. Así, dar dos golpes suaves en la espalda del móvil como si le hicieras una señal secreta basta para que Gemini aparezca. Es un gesto que ni siquiera requiere mirar la pantalla. Pura física, pura intención.

Lo interesante aquí no es solo la solución técnica, sino lo que revela la tecnología más avanzada no anula la necesidad de personalización. Los humanos no queremos interfaces perfectas, queremos interfaces que nos pertenezcan. Queremos que el dispositivo responda a nuestro ritmo, a nuestro estilo, a nuestra discreción. La eliminación del gesto por parte de Samsung puede parecer un detalle menor, pero toca una fibra sensible la sensación de que estamos perdiendo agilidad a cambio de una experiencia estandarizada y más vigilada.

Es irónico que Google, mientras promueve la inteligencia artificial como una herramienta de empoderamiento, limite las formas de acceder a ella. Como si nos dijera "Aquí tienes un superpoder, pero solo puedes usarlo cuando yo te lo permita". Y sin embargo, los usuarios siguen encontrando caminos. No es rebeldía, es instinto de supervivencia digital. Porque al final, una buena tecnología no es la que hace más cosas, sino la que se adapta mejor a cómo queremos vivir.

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