Apple lanzó iOS 26 hace casi un mes y, como suele ocurrir con cada gran actualización del sistema operativo móvil más usado del mundo, las reacciones han sido mixtas. Si bien hay mejoras tangibles en rendimiento, optimización de batería y accesibilidad, una de las áreas que más ha generado malestar entre los usuarios es la aplicación de cámara. Lo que antes era una experiencia rápida e intuitiva ahora se percibe como más lenta y confusa, especialmente en situaciones que requieren capturar un momento fugaz.
La actualización introduce una nueva función llamada Liquid Glass, diseñada para suavizar las transiciones visuales al cambiar entre modos como Foto, Vídeo o Retrato. Esta animación, aunque estéticamente atractiva, ha alterado por completo la dinámica de uso de la app. Apple ha reubicado botones, modificado los controles y rediseñado la manera en que el usuario navega entre funciones. El cambio más notorio está en el sistema de deslizamiento para cambiar modos, que ahora sigue la dirección del gesto de forma más literal, abandonando el estilo clásico que los usuarios tenían interiorizado.
El resultado es un aumento de la fricción en la experiencia de uso. Muchos usuarios reportan dificultades para tomar fotos rápidas, lo que afecta directamente a una de las funciones más esenciales de un smartphone. En redes sociales y foros especializados, las críticas se han acumulado, particularmente por la pérdida de agilidad. La cámara de iPhone siempre se ha promocionado como una herramienta lista al instante, pero ahora algunos sienten que ese compromiso se ha roto.
Una de las quejas más repetidas es que la aplicación tarda más en abrirse. Esto se debe en parte a los efectos de transición que acompañan la nueva interfaz. Aunque el iPhone cuenta con el control de cámara en la pantalla de bloqueo, introducido en versiones anteriores para acceso rápido, muchos usuarios sienten que su utilidad se ve mermada si la app interna responde con lentitud.
"No entiendo por qué complicaron algo que funcionaba perfecto. Capturar una foto rápida ahora requiere varios intentos."
"La app de cámara del iPhone perdió toda la agilidad con esta nueva interfaz del iOS 26, no sirve de nada tener el control de cámara si la app tarda una eternidad en abrir por culpa de los efectos de transición."
En las primeras versiones beta del sistema, Apple ofreció una opción para activar un modo clásico de cambio entre cámaras, accesible desde el menú de Ajustes. Esta alternativa permitía a los usuarios volver a la navegación tradicional, conservando la fluidez que habían aprendido a valorar. Sin embargo, esta configuración desapareció en la versión final de iOS 26, lo que ha generado frustración entre quienes esperaban poder personalizar su experiencia.
Es importante destacar que no todos los cambios en iOS 26 son negativos. El sistema incluye mejoras reales en eficiencia energética, rendimiento de aplicaciones y ajustes de accesibilidad que benefician a muchos usuarios. Pero cuando se trata de una herramienta tan usada como la cámara, cualquier modificación que ralentice la interacción genera un impacto significativo. La cámara no es solo una app, es una extensión de la percepción del usuario.
Apple no ha anunciado si planea reintroducir el modo clásico en futuras actualizaciones, como iOS 26.1. Tampoco ha emitido comunicados oficiales respondiendo a las críticas. Sin embargo, la historia de la compañía sugiere que no es inmune a los retrocesos cuando la comunidad de usuarios habla con fuerza. En el pasado, ha reactivado funciones eliminadas o ajustado interfaces tras una ola de reclamos.
Este caso plantea una reflexión más amplia sobre el diseño de interfaces. La innovación no siempre implica mejora percibida.
A veces, cambiar por cambiar puede llevar a perder lo que ya funcionaba bien. La fluidez, la previsibilidad y la rapidez son cualidades esenciales en herramientas que se usan de forma instintiva. La experiencia de usuario no debe sacrificarse por efectos visuales, por muy modernos que parezcan.
La cámara del iPhone sigue siendo una de las mejores del mercado en términos técnicos. Pero la excelencia no solo depende del hardware o del algoritmo de procesamiento de imágenes. También depende de cuán natural y rápido es usarla en el día a día. Hasta que Apple no escuche con atención estas críticas, es probable que muchos usuarios sigan echando de menos la sencillez del pasado.