"Después de años con USB-C, la mayoría tiene varios cables", así justifica Sony justifica no incluir USB en su nuevo móvil

Ni cargador, ni cable. Nada. Las fotos compartidas por un usuario de Reddit muestran con crudeza la nueva realidad. La caja del Xperia 10 VII es un espacio estéril, apenas ocupado por el dispositivo.

08 de octubre de 2025 a las 06:30h
Después de anñs con USB C
Después de anñs con USB C

La industria tecnológica sigue avanzando por caminos cada vez más extraños, donde la sostenibilidad se convierte en una excusa recurrente para tomar decisiones que, en el fondo, también obedecen a cálculos económicos fríos. Hace apenas unos años parecía impensable que un smartphone llegara a casa del usuario sin un cargador, pero ahora estamos ante un nuevo hito el primer móvil que no incluye ni siquiera el cable USB. Sony acaba de lanzar el Xperia 10 VII, y su caja llega completamente vacía, sin ningún accesorio. Ni cargador, ni cable. Nada. Un gesto simbólico, pero también un precedente preocupante.

Las fotos compartidas por un usuario de Reddit muestran con crudeza la nueva realidad. La caja del Xperia 10 VII es un espacio estéril, apenas ocupado por el dispositivo. En la parte trasera, pequeños iconos advierten de lo que ya no está dentro no hay cargador, no hay cable. Aunque Apple fue pionera en retirar el cargador del iPhone 12 en 2020, justificándolo con argumentos medioambientales, al menos seguía incluyendo el cable USB-C. Ahora, Sony da un paso más allá, convirtiéndose en la primera marca en eliminar también el cable de la caja de un teléfono móvil.

Esto no es una sorpresa total. Apple ya dejó de incluir el cable en los AirPods 4 y AirPods Pro 3, pero esos son accesorios pequeños, no dispositivos principales. El móvil es distinto. Es el corazón de la experiencia digital de millones de personas. Y la decisión de Sony llega en un momento en el que otras marcas han ido retirando cargadores progresivamente. OnePlus lanzó el Nord CE4 Lite 5G sin cargador en España, aunque en India sí lo incluye, lo que revela una estrategia desigual según el mercado. Realme, por su parte, anunció en 2022 que el narzo 50A Prime sería su primer móvil sin cargador, citando la sostenibilidad y el ejemplo de Apple, Samsung y Google.

La justificación oficial de Sony es clara. La compañía afirma que "Después de años con USB-C como estándar, la mayoría de usuarios tienen varios cables en casa. No incluirlos reduce residuos electrónicos sin complicar la vida a quien compra un móvil nuevo".

"Después de años con USB-C como estándar, la mayoría de usuarios tienen varios cables en casa. No incluirlos reduce residuos electrónicos sin complicar la vida a quien compra un móvil nuevo."

Este argumento suena razonable en teoría, pero ignora una realidad no todos los cables son iguales. En los comentarios de Reddit, muchos usuarios advierten sobre los riesgos de tener que comprar cables genéricos que a menudo tienen certificaciones falsas, se rompen en semanas o simplemente no permiten cargar a velocidades decentes. La experiencia del usuario, entonces, se ve afectada no por la falta del cable en sí, sino por la calidad del reemplazo que debe buscar.

Es importante no perder de vista el trasfondo económico. Aunque se hable de sostenibilidad, eliminar el cable ahorra unos céntimos por unidad, y cuando vendes millones de dispositivos, esos céntimos se convierten en bastante dinero. La ecología se convierte así en una coartada cómoda para recortar costes de producción. Es un patrón que ya vimos con los cargadores, y que ahora se repite con los cables. El consumidor termina pagando el mismo precio, pero recibiendo menos.

De momento, solo Sony ha dado este salto con un smartphone. Apple sigue incluyendo el cable en los iPhone, aunque no el cargador. No hay anuncios de otras marcas importantes que vayan a seguir este camino, pero el precedente está sentado. Cuando una gran compañía rompe una barrera, otras suelen seguir. Y si la justificación medioambiental se consolida como válida en el imaginario colectivo, será más fácil para el resto del sector adoptar prácticas similares.

Esta tendencia también plantea una pregunta incómoda ¿hasta dónde llegará la desmaterialización del paquete? ¿Será el próximo paso vender el móvil sin caja? ¿O con instrucciones digitales únicamente? La línea entre la responsabilidad ecológica y la avaricia corporativa se vuelve cada vez más tenue. Lo que empieza como una medida verde puede terminar siendo una pérdida de comodidad real para el usuario.

Tal vez el futuro de los smartphones no está solo en sus pantallas, baterías o cámaras, sino también en lo que ya no traen dentro de la caja. Y aunque la reducción de residuos electrónicos es un objetivo legítimo, no debe lograrse a costa de transferir la carga al consumidor. La sostenibilidad no puede ser sinónimo de desatención al detalle y comodidad del usuario.

Sobre el autor
Redacción
Ver biografía