En 2026, podrías pagar más por un móvil con menos rendimiento por la escasez de RAM

Las marcas de telefonía como Xiaomi, OPPO o vivo, que dominan buena parte del mercado global, están empezando a tocar techo. No les falta diseño ni ingeniería, sino un componente esencial la memoria RAM.

17 de noviembre de 2025 a las 07:54h
Actualizado: 17 de noviembre de 2025 a las 07:55h
la demanda de RAM se ha disparado
la demanda de RAM se ha disparado

En 2026, tu próximo móvil podría costarte más de lo esperado. No por inflación, ni por nuevos materiales caros, sino por algo que ya llevas en el bolsillo la memoria RAM. Lo que suena a detalle técnico tiene una trascendencia directa en tu bolsillo y en lo que podrás esperar de los dispositivos que usas cada día.

Las marcas de telefonía como Xiaomi, OPPO o vivo, que dominan buena parte del mercado global, están empezando a tocar techo. No les falta diseño ni ingeniería, sino un componente esencial la memoria RAM. Y no es un problema de inventario mal gestionado. Es un problema de escasez. La demanda de RAM se ha disparado hasta niveles insostenibles, y la razón tiene nombre y apellido inteligencia artificial.

Los centros de datos que alimentan los modelos de IA necesitan cantidades ingentes de memoria. Cada vez que una inteligencia artificial procesa texto, genera imágenes o responde preguntas, está usando RAM a gran escala. Y no una pizca los servidores dedicados a IA consumen decenas o incluso cientos de veces más RAM que un teléfono inteligente. Estamos ante una batalla silenciosa por los mismos chips que hacen funcionar nuestros móviles, y los ganadores, por ahora, son los gigantes tecnológicos del cloud computing.

Según informaciones provenientes de China, algunas empresas ya están teniendo dificultades para asegurar el suministro de estos componentes para los próximos meses. No se trata de una alerta lejana, sino de una crisis que se avecina en semanas. 

"Las marcas están teniendo problemas para cubrir su stock de RAM para los próximos meses o incluso semanas"

Esta frase, atribuida a fuentes del portal Jiemian News, no solo revela un cuello de botella industrial, sino un cambio de paradigma. Hasta ahora, la evolución de los móviles iba ligada a avances en cámaras, baterías o pantallas. Ahora, la capacidad de producir dispositivos depende de un mercado global de componentes que ya no responde solo al consumidor, sino a intereses mucho más grandes y menos visibles.

Los fabricantes de memorias RAM, como Samsung, SK Hynix o Micron, están subiendo los precios. Es ley de mercado si la demanda supera la oferta, el coste sube. Y eso deja a las marcas de móviles con dos opciones poco atractivas vender los dispositivos a un precio más alto o recortar en calidad. Podrías terminar pagando más por un móvil con peor rendimiento, o pagar lo mismo pero con componentes inferiores al estándar actual.

¿Te suena exagerado? Piensa en lo que ocurrió con los semiconductores durante la pandemia. Coches sin fabricar, consolas agotadas, reventa descontrolada. Hoy, la RAM se convierte en otro eslabón frágil de una cadena global cada vez más tensa. Y esta vez, el motor del desabastecimiento no es una crisis sanitaria, sino el auge desmedido de la IA.

Las empresas están construyendo centros de datos a un ritmo nunca visto.

Cada uno de ellos puede requerir miles de módulos de RAM. Y como la producción de estos chips no se puede escalar de la noche a la mañana, la oferta sigue rezagada. Abrir nuevas fábricas lleva años y miles de millones de inversión. Así que, por mucho que se quiera, no hay solución rápida.

Este desvío de recursos tecnológicos hacia la IA plantea una pregunta incómoda ¿a costa de qué avanza la innovación? ¿Es justo que el desarrollo de inteligencias artificiales limite el acceso a dispositivos asequibles para millones de personas? No es solo un problema de precios. Es una cuestión de equidad tecnológica.

En los próximos años, podríamos ver cómo los móviles de gama media empiezan a estancarse en sus especificaciones. Quizá el salto entre modelos ya no sea tan evidente. O quizá los fabricantes opten por optimizar software para compensar hardware más limitado. Pero el mensaje está claro la memoria RAM se está convirtiendo en un bien estratégico, casi geopolítico.

Mientras tanto, tú sigues navegando, enviando mensajes, usando apps. Y tu móvil, sin que lo notes, está compitiendo por recursos con gigantes invisibles. La tecnología no solo cambia el mundo. A veces, decide quién se queda fuera de él.

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