"La exposición a los campos electromagnéticos del WiFi puede reducir la producción de melatonina". Apágalo por la noche en tu smartphone.

Estudios recientes indican que la exposición prolongada a estas señales, especialmente durante la noche, puede interferir con la producción de melatonina, la hormona clave que regula el ciclo del sueño.

13 de octubre de 2025 a las 13:45h
la exposicion al wifi nocturno puede empeorar tu sueño
la exposicion al wifi nocturno puede empeorar tu sueño

Millones de personas caen en la rutina nocturna de dejar el WiFi del móvil encendido mientras duermen, convencidas de que no pasa nada. Sin embargo, cada vez son más los expertos que alertan sobre las consecuencias silenciosas de esta práctica aparentemente inocua. No se trata solo de salud o de batería, sino de un conjunto de factores que afectan directamente al descanso, a la seguridad digital y al bienestar general. Aunque parezca un detalle menor, dormir con el WiFi activo podría estar alterando más de lo que imaginamos nuestro sueño y nuestra vida diaria.

Uno de los argumentos más sólidos proviene de la investigación sobre los campos electromagnéticos generados por el WiFi. Estudios recientes indican que la exposición prolongada a estas señales, especialmente durante la noche, puede interferir con la producción de melatonina, la hormona clave que regula el ciclo del sueño. Cuando los niveles de melatonina disminuyen, el cuerpo tarda más en conciliar el sueño, el descanso se vuelve más superficial y la calidad del sueño se resiente. Esto no significa que el WiFi cause insomnio directamente, pero sí puede convertirse en un factor de riesgo silencioso.

La Organización Mundial de la Salud no ha confirmado efectos directos de esta exposición sobre la salud, pero sí recomienda aplicar el principio de precaución, especialmente en entornos donde el cuerpo está en reposo y más vulnerable. En otras palabras, aunque no haya pruebas concluyentes de daño, no hay razón para exponerse innecesariamente si se puede evitar.

Otro aspecto poco discutido es el consumo energético. Los procesos que se ejecutan en segundo plano, como actualizaciones automáticas, sincronización de correos o servicios en la nube, pueden consumir entre un 15 y un 20 por ciento de la batería del móvil en una sola noche. Este gasto innecesario no solo acelera el deterioro de la batería con el tiempo, sino que también aumenta la necesidad de recargar el dispositivo durante el día, generando un ciclo de consumo eléctrico más elevado.

Pero el riesgo no es solo biológico o energético. Los informes de ciberseguridad revelan un dato preocupante buena parte de los ciberataques a dispositivos personales ocurren durante la noche, cuando los usuarios están dormidos y no vigilan sus equipos. Un móvil con WiFi activo puede convertirse en un punto de entrada para hackers, especialmente si se conecta a redes inseguras o si el router de casa no tiene las protecciones adecuadas.

Qué puedes hacer para protegerte. Se puede.

La buena noticia es que hay medidas sencillas y eficaces para reducir estos riesgos. La más directa es apagar el router durante la noche. Este gesto elimina por completo la emisión de ondas electromagnéticas en el hogar, ahorra energía, prolonga la vida útil del dispositivo y reduce significativamente la superficie de ataque para posibles intrusiones digitales. Es una acción mínima con un impacto acumulativo importante.

Si no quieres apagar el router, otra alternativa efectiva es activar el modo avión en el móvil antes de dormir. No basta con desactivar manualmente el WiFi, ya que el modo avión corta todas las conexiones inalámbricas de una vez datos móviles, Bluetooth, WiFi y redes cercanas. Así, el dispositivo queda libre de emisiones y de posibles interacciones automáticas no deseadas.

También puedes programar el apagado automático del WiFi. Muchos teléfonos modernos permiten establecer horarios para que el WiFi se desconecte automáticamente, por ejemplo, entre las diez de la noche y las siete de la mañana. Es una solución práctica que no requiere esfuerzo diario y ayuda a incorporar buenos hábitos sin sacrificar la comodidad.

En cuanto a la seguridad del router, es fundamental reforzarla. Usa contraseñas largas que combinen mayúsculas, minúsculas, números y símbolos, y activa el protocolo WPA3 si tu dispositivo lo permite. Este estándar ofrece una protección mucho más robusta frente a intentos de acceso no autorizado, especialmente en entornos domésticos.

Por último, mantén el móvil lejos de la cama. No solo reduce la exposición a la radiación, sino que también elimina la tentación de revisar notificaciones o redes sociales durante la noche. Tener el teléfono fuera del alcance físico favorece un descanso más profundo y menos interrumpido.

"La exposición a los campos electromagnéticos del WiFi puede reducir la producción de melatonina, la hormona que regula el descanso"

expertos en salud ambiental

Estos cambios no requieren grandes esfuerzos, pero su impacto acumulado puede marcar la diferencia entre un sueño reparador y uno fragmentado. En un mundo hiperconectado, desconectarse de vez en cuando no es una señal de aislamiento, sino de conciencia. Apagar el WiFi por la noche no es un acto de miedo, sino de respeto hacia tu cuerpo, tu privacidad y tu tiempo de descanso.

Adoptar hábitos más saludables con la tecnología no significa renunciar a ella, sino aprender a convivir con ella de forma más equilibrada. Pequeñas decisiones nocturnas pueden tener grandes consecuencias diurnas. Dormir bien no es un lujo, es una necesidad. Y a veces, para lograrlo, basta con apagar algo tan simple como el WiFi.

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