50% de las supercomputadoras TOP500 usan Slurm, el sistema que evita el caos computacional en ciencia de punta

Slurm no es un nombre familiar para la mayoría, pero su influencia es gigantesca.

24 de diciembre de 2025 a las 19:35h
mas de la mitad de las supercomputadoras
mas de la mitad de las supercomputadoras

En el mundo de la computación de alto rendimiento, donde cada segundo cuenta y los datos fluyen como ríos desbordados, una noticia ha sacudido silenciosamente el ecosistema tecnológico. Nvidia, la gigante de los chips que impulsa buena parte de la inteligencia artificial moderna, ha anunciado la adquisición de SchedMD, la empresa detrás de Slurm, un sistema de gestión de cargas de trabajo de código abierto que funciona como el cerebro organizador de algunas de las supercomputadoras más potentes del planeta.

El maestro de las colas invisibles

Slurm no es un nombre familiar para la mayoría, pero su influencia es gigantesca. Imagina un centro de operaciones donde miles de tareas complejas deben ejecutarse al mismo tiempo simular el clima global, descifrar genomas, entrenar modelos de IA generativa. Todo eso requiere una orquesta perfecta. Slurm es el director de esa orquesta. Gestiona colas, asigna recursos, optimiza tiempos y garantiza que los clústeres de servidores no trabajen en desorden. Es el encargado de que el caos computacional no paralice el progreso científico.

Y no es una herramienta cualquiera. Slurm se utiliza en más de la mitad de las supercomputadoras que figuran en el TOP500, la lista que clasifica los sistemas más potentes del mundo. Desde el Frontier en Estados Unidos hasta el LUMI en Finlandia, el software está presente. Es parte fundamental de la infraestructura que impulsa la ciencia del siglo XXI.

Una adquisición con olor a futuro

Nvidia no ha revelado cuánto ha pagado por SchedMD, pero el silencio financiero no resta importancia al movimiento. Lo que sí ha aclarado es algo crucial Slurm seguirá siendo software de código abierto y libre de dependencia de proveedores. Una promesa tranquilizadora para la comunidad científica, que teme que este tipo de adquisiciones acaben con la neutralidad técnica.

"Las cargas de trabajo de HPC e IA implican cálculos complejos que ejecutan tareas paralelas en clústeres que requieren colas, programación y asignación de recursos computacionales" - Nvidia

La adquisición no es un capricho. Es una pieza más en un rompecabezas estratégico que Nvidia está armando con precisión quirúrgica. La compañía de Jensen Huang no solo produce las GPU más codiciadas del mercado, sino que ahora también está asegurándose de controlar o al menos influir en cómo se gestionan los recursos que esas GPU alimentan.

El imperio de las conexiones

En los últimos meses, Nvidia ha estado más activa que nunca en el tablero tecnológico. Ha invertido 100.000 millones de dólares en OpenAI, participado en una inyección de 15.000 millones en Anthropic junto a Microsoft, y comprometido 2.000 millones en Synopsys, especialista en software de diseño de chips. También ha entrado en compañías como Intel y Nokia, y se ha unido a un consorcio liderado por BlackRock para adquirir Aligned Data Centers por 40.000 millones de dólares.

  • xAI de Elon Musk
  • Nscale
  • Thinking Machines Lab
  • Scale AI
  • Perplexity

Estas no son simples apuestas. Son movimientos para asegurar que, donde haya datos, procesamiento o infraestructura, Nvidia tenga una puerta de entrada. Está construyendo no solo un negocio, sino un ecosistema tecnológico dominante.

La paradoja del código abierto

El hecho de que Slurm siga siendo de código abierto suena a buena noticia. Pero también plantea preguntas. ¿Puede una herramienta verdaderamente neutral florecer bajo el ala de una empresa que domina el hardware que la ejecuta? Nvidia dice que acelerará el acceso de SchedMD a nuevos sistemas y apoyará un ecosistema diverso. Es una declaración de intenciones, pero también un recordatorio el poder tecnológico ya no reside solo en los chips, sino en cómo se organizan y gestionan.

El valor de mercado de Nvidia ronda los 4,32 mil millones de dólares, manteniéndose como la compañía con mayor capitalización del mundo. A media sesión, sus acciones subieron más del 1,5%, recuperando los 178 dólares por acción. El mercado, al menos, lo interpreta como una jugada inteligente.

Lo que viene después

La IA generativa no se detiene. Cada día exige más potencia, más eficiencia, más coordinación. Y en ese escenario, no basta con tener los mejores procesadores. Hay que saber gestionarlos. Con Slurm, Nvidia no está solo comprando software. Está asegurándose un lugar en la sala de máquinas del futuro. Un futuro donde la inteligencia artificial no será solo brillante, sino también meticulosamente organizada.

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