"Es un robot taxi, chicos": el pasajero graba su viaje en un coche sin conductor en Shenzhen, China

Desde 2021, empresas como Baidu y Pony AI operan flotas comerciales de taxis autónomos en Shenzhen, Pekín y Shanghái, ofreciendo servicios regulares a ciudadanos y turistas.

28 de septiembre de 2025 a las 11:42h
Actualizado: 28 de septiembre de 2025 a las 11:43h
shenzhen ya tiene taxis autonomos operando
shenzhen ya tiene taxis autonomos operando

¿Te imaginas estar en mitad de China pidiendo con el móvil un taxi sin conductor? Pues no hace falta que lo imagines porque ya es una realidad que miles de personas viven cada día en ciudades como Shenzhen. Un viajero que compartió su experiencia en redes sociales mostró cómo, desde su teléfono, solicitó un vehículo autónomo que llegó sin conductor al lugar indicado. Al abrir la puerta de una Lexus aparentemente vacía, solo una voz le dio la bienvenida y le recordó que se abrochara el cinturón de seguridad. «Es un robot taxi, chicos», afirmó el joven, asombrado pero tranquilo mientras la máquina tomaba las riendas del trayecto.

"Es un robot taxi, chicos"- Comenta el turista al llegar a China

Shenzhen, conocida como la capital tecnológica de China, ha convertido esta experiencia en algo cotidiano. Los sensores del vehículo, combinados con algoritmos de inteligencia artificial, calculan en tiempo real cómo acelerar, frenar o girar en función del tráfico, las señales y los peatones. En el interior, una pantalla muestra lo que el sistema percibe semáforos en rojo, coches estacionados, personas cruzando la calle. El pasajero puede ampliar la vista, detener el viaje si lo desea o incluso seleccionar música. «Como puedes ver en la pantalla, muestra que el semáforo está en rojo. Ha parado justo en mitad de la carretera. Cada vehículo, así como los peatones están señalados. Si amplío, puedes ver los peatones en la calle. Si quieres, puedes pulsar parar. Solo revisa el menú. Puedes poner música», explicó durante la grabación.

Esta innovación no es un experimento aislado. Desde 2021, empresas como Baidu y Pony AI operan flotas comerciales de taxis autónomos en Shenzhen, Pekín y Shanghái, ofreciendo servicios regulares a ciudadanos y turistas. En Estados Unidos, Waymo, la filial de Google especializada en conducción autónoma, ya proporciona transporte sin conductor en ciudades como Phoenix y San Francisco. En Europa, Alemania, Reino Unido y Suecia avanzan con pruebas controladas, aunque aún lejos de una implementación a gran escala.

El futuro del transporte urbano está en marcha y ya no pertenece solo a la ciencia ficción. Las proyecciones internacionales indican que antes de 2035, los taxis autónomos podrían ser comunes en muchas metrópolis del mundo. Sin embargo, en España aún no hay fecha definida para su llegada. Las regulaciones, la infraestructura y la aceptación social son factores clave que ralentizan su implementación. Aun así, lo que ocurre en Shenzhen no es solo un adelanto tecnológico, sino una ventana a cómo podría transformarse la movilidad en las próximas décadas.

Lo más impactante de esta experiencia no es solo que el coche conduzca solo, sino la normalidad con la que los usuarios interactúan con él. No hay asombro extremo, sino una creciente familiaridad. La confianza en la tecnología se construye paso a paso, kilómetro a kilómetro. Este tipo de servicios prometen reducir accidentes por error humano, optimizar el tráfico y ofrecer movilidad a personas que no pueden conducir. Pero también plantean preguntas éticas, laborales y de seguridad que aún están lejos de resolverse.

Un cambio de paradigma en movimiento

  • Shenzhen lidera la implementación de taxis autónomos con servicios comerciales activos desde 2021
  • Empresas como Baidu y Pony AI operan flotas sin conductor en varias ciudades chinas
  • Waymo ofrece transporte autónomo en ciudades estadounidenses como San Francisco y Phoenix
  • En Europa se realizan pruebas en Alemania, Reino Unido y Suecia, aunque sin despliegue masivo
  • En España no existe calendario para la llegada de este tipo de servicios

El turista que grabó su viaje no solo mostró un coche sin conductor, sino un nuevo modelo de ciudad. Una donde la tecnología se integra silenciosamente en la vida cotidiana. La movilidad autónoma no es cuestión de si llegará, sino de cómo la sociedad estará preparada para acogerla. Mientras tanto, en las calles de Shenzhen, los robots taxis siguen circulando, llevando a pasajeros de un punto a otro, sin prisa pero sin pausa, hacia un futuro que ya ha comenzado.

Lo que hoy parece extraordinario, mañana podría ser tan habitual como subirse a un autobús. Y aunque España aún no esté en esa ruta, observar lo que ocurre al otro lado del mundo no es solo curiosidad, es una forma de anticipar el cambio.

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